[Imagen: un Mister Potato transformer]
Miss Potasia y Mister Potato se han separado, después de una relación de x años, por motivos z. Su historia de amor, sin embargo, no ha sido cosa de dos, sino de tres: tienen un Potasín.
Miss Potasia y Mister Potato son tubérculos inteligentes, y por eso, no se quieren hacer puré mientras los demás cantan el corro de la patata. Tampoco desean que Potasín quede recubierto por la salsa brava de sus discusiones.
Habrá que cambiar el chip.
Por eso, un día, Miss Potasia y Mister Potato van a que un Niño les quite su boca hacia abajo y les ponga una boca hacia arriba. Después, con cirugía mental, se sacan los ojos coléricos y se colocan unos amistosos, se mutilan los brazos con guantes de boxeo y se injertan otras prótesis que dan abrazos estilizados y estilográficos.
Miss Potasia y Mister Potato, tras pasar por el quirófano de la meditación, se convierten en el modelo utópico de la separación perfecta. Potasín crece feliz y sano. La tortilla de patatas de la sociedad aprende de este adiós lleno de buenos deseos.
Miss Potasia y Mister Potato acaban siendo grandes amigos, artistas y cómplices; se respetan sin rencor, se dejan libres y recuerdan con cariño los platos combinados en los que fueron cocinados.
Deciden, en adelante, convertirse en la guarnición del universo.
FIN