[Mona Hatoum, Paravent]
Los límites y las reglas dan un sabor más creativo a la libertad.
Ayer, mientras terminaba un capítulo breve e intenso de la historia de la vida, entré un momento en el baño de un bar y me miré al espejo. Al salir, mi acompañante me preguntó si me había metido un par de rayas de speed porque vio cómo mi nivel energético se había incrementado.
¿Qué sucedió en medio minuto? ¿Bipolaridad intensificada?
Esta es la fórmula del hechizo:
Nuestro cuerpo, que a veces parece una cárcel del espíritu plagada de necesidades monstruosas (oxígeno, comida, caricias...), puede convertirse en un templo si le damos las gracias de vez en cuando. Así lo hacen los actores sionistas que, como parte de su formación, llevan un espejito de mano en el bolsillo y, cada vez que se miran en él, dicen algo así como:
- ¡Gracias, cuerpo! ¡Eres un vehículo fascinante!
Una vez, Mona Hatoum grabó en un espejo la frase: "You're still here" y la puso en un museo.
¡Eureka! Estamos vivos y, pase lo que pase, la tristeza no existe a nivel subatómico.
Ayer, mientras terminaba un capítulo breve e intenso de la historia de la vida, entré un momento en el baño de un bar y me miré al espejo. Al salir, mi acompañante me preguntó si me había metido un par de rayas de speed porque vio cómo mi nivel energético se había incrementado.
¿Qué sucedió en medio minuto? ¿Bipolaridad intensificada?
Esta es la fórmula del hechizo:
Nuestro cuerpo, que a veces parece una cárcel del espíritu plagada de necesidades monstruosas (oxígeno, comida, caricias...), puede convertirse en un templo si le damos las gracias de vez en cuando. Así lo hacen los actores sionistas que, como parte de su formación, llevan un espejito de mano en el bolsillo y, cada vez que se miran en él, dicen algo así como:
- ¡Gracias, cuerpo! ¡Eres un vehículo fascinante!
Una vez, Mona Hatoum grabó en un espejo la frase: "You're still here" y la puso en un museo.
¡Eureka! Estamos vivos y, pase lo que pase, la tristeza no existe a nivel subatómico.
... ¿qué misteriosa aventura viviremos ahora mismo?¿Y si nos anclamos en el presente y sonreímos como premisa a cualquier cosa y damos gracias al cuerpo que nos ha tocado como vehículo? Y luego, jajaja:
- Por chiripa, tengo un Jaguar.
- Por chiripa, tengo un Jaguar.
Decirse eso a uno mismo hace que te piropeen por la calle.