Déjame insistir en la belleza.
Déjame decir: la magia existe.
Deja sonreír la boca ecuestre
y deja ya de llamarme tonta
por mirar las estrellas infinitas
que son desaire cósmico a tus quejas.
Déjame ser poeta ilusa,
huevo matriz soñatortillas,
horizonte en zig-zag
y aplastamiento
de ideales prohibidos
por las serias corbatas de los lunes.
Cabalga cada color
aunque el antiguo jinete
jurase la bandera del Apocalipsis.
(tanto llanto en torrente y muerte...)
Déjame creer que, creativo,
el destino dibujará el interrogante
que desee
para así convertir esa gran mariposa
bautizada en la catástrofe
en algo que una vez soñó felicidad.
1 comentario:
felice giornata a te...ciao
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