Recuerdo que, cuando
niña, soñaba con una tribu de artistas, de mentes libres y amantes,
sensibles y alegres, que vivirían felices en una aldea llena de arte
y de fiestas, que comerían de la tierra y que cantarían canciones
hasta entrada la madrugada. Imaginaba lo que sentiría al cruzarme
con ellos, con qué palabras hermosas nos hablaríamos, cómo nos
besaríamos y cómo haríamos el amor dulce y salvajemente,
atravesando campos en caravanas musicales, y sonriendo hasta...
- ¿Hasta cuándo la
sonrisa?
- ¡Hasta mañana!
Pero, sin embargo, era más interesante escribir una novela sobre ese tipo de vida libre, en la que el amor ya no es una posesión, sino una vía a la creatividad, la comunicación y el aprendizaje. Un concepto de esta clase puede ser reprendido de jipismo ninfómano, pero... ¡señores, no será necesario reprimirse! Podríamos decir que un poeta tendría que tener por trabajo imaginar situaciones idílicas e invocarlas.
1 comentario:
Sobre tot plegat, a mí me gustó muxo este libro: http://www.scribd.com/doc/104422336/Etica-amatoria-del-deseo-libertario-y-las-afectaciones-libres-y-alegres
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