A principio, hay una selva llena de maleza, zarzales y espinos.
¡Este juego es para entretenerse, divertirse! ¡Alégrate de saberlo, regocíjate en el juego! Pero antes, deberás despreciar, desdeñar, desestimar, desairar y ofender todo aquello que no merece la pena.
¿Cómo salir del
laberinto?
¡Es por aquí, por
allí, en este lugar!
Sin embargo, antes de
llegar, es importante el despojo de todo lo que no necesitas.
Ese despojo será el botín de los piratas que saquean
y se dedican al pillaje.
Los piratas viajan por
las cloacas, en las alcantarillas. Se mueven por los
valles, las llanuras, los desfiladeros. Viven en
la esfera de la Tierra. A veces, sus palabras son insultos
y ofensas. Otras, sus palabras son plegarias,
expresiones, dichos, aforismos. Resucitan si les hacen
cosquillas, salen de lo descolorido y despintado.
Tal
vez te arrebaten el amor. Al tío, al amigo, al querido, al
amante.
(Así
como David, rey de Israel, deja al marido sin su esposa
Micol, hija de Saúl. )
Las
brujas urden sus pócimas en ollas y calderas; guardan
sus frutos y prendas en canastos y cestos. El calderero
sabe qué cantidad, cuánto hace falta, lo necesario, lo
suficiente. Pone todo en un lugar que cocinan las llamas del
infierno; el agua se evapora en diáspora, hay un
holocausto de la verdad. Toda forma se asa, se alumbra, se
enciende, arde.
Extiende
tu imaginación. Agarra el sueño. Levántalo, alárgalo,
tiéndelo al compás del oro, el siclo, el
ducado; al compás de tu fortuna, lo caro,
lo valioso.
Así
te dorarás, te aurearás.
Así
serás dorado, aúreo, amarillo.
Un
té de luz.
Te
dolerá convertirte en sol. Sollozarás, te lamentarás.
También te harán gemir.
Alza
tu mano. Siente su poder, su fuerza. El pulso de
esa mano escribe, la escritura es la vela de un velero y de
una ceremonia, designa el lado al que vas a ir, el lugar,
el monumento que vas a construir.
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