La pirata TAZ atravesó un espejo de obsidiana.
Se encontró en Mictlán y pasó al otro lado. Allí había un bello chamán que la contemplaba. El chamán se puso a icarear mientras le pasaba un tambor por todo el cuerpo.
- Te ayudaré a sanar.
Empezaron a jugar a lxs amadxs magxs. Cada día se reunían para meditar, cada unx al otro lado del espejo mágico.
Vivían muchas líneas de tiempo a la vez, como dos fotones gemelos de la física cuántica. Empezaron a enredarse como serpientes en un caduceo. Exploraron los insondables misterios del amor.
Mientras tanto, Wu Wei pensaba en TAZ y el chamán y moría irremediablemente de celos crónicos, rezaba a lxs hadxs y suplicaba al harén de bacantes que le arrancaran la cabeza de cuajo, porque había mirado atrás, perdiendo para siempre a Eurídice.
1 comentario:
amadx magx
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