miércoles, 28 de agosto de 2013

Tal vez seas un OVNI

[A los vishudas abiertos,
o a los garguívoros trotacalles.]

Hay recuerdos de futuro,
e interferencias con el cielo.
Hay un escalofrío que recorre mi espalda
(y que supura algo espeso,
verde y laberíntico,
como savia del árbol,
un espasmo del cielo llamado
......................................................"esperanza").

Paseo por las calles de esta ciudad,
sin querer ser una zombi,
y me repito "No sé quién eres:
tal vez seas un OVNI."

Naturaleza me inyecta PRANA en las venas,
el Sol me susurra: "Si hay venas, apenas dura la pena;
sigue esta flecha: navega en ellas";
y me da vitamina D como propina,
más peces para la sangre,
que no es de horchata ni de vinagre.

Los pájaros gritan: "¡Aquí y ahora!*
¡Recuerda!
¡Eureka!
¡Recuerda por qué luchas!
¡Ama a los héroes!
¡Nunca pienses en los idiotas!"

Y de súbito, ja, el estribillo de una nube
que me contagia de blanco el blanco de los ojos
y lo azulea un poco y dice:
"Voy a darte una ducha de duchos dichos dicharareros,
¡qué cacofónica es la lluvia!"

No le dejo acabar, y le respondo:
- Lucho por la reconstrucción del paraíso.
El diálogo lo retoma una piedra del camino,
con la que tropiezo:
- Veo un pequeño inconveniente.
- ¿Y cuál es?
- Luchas por reconstruirlo y no luchas por gozarlo.

Y, entonces, ja,
temiendo mi fracaso,
oteo el horizonte,
y salto con él la comba
diciéndole, sin sorna:
- Ruégote, horizonte, que seas ...
PEGASO (desde el nihilismo me reservo
de los mundos inventados).

Me hace caso
en mi imaginación:
se esculpe la energía,
voy volando,
el horizonte precisa una ecuyere
(jineta acróbata de los caballos).**

Después, no sé cómo, llego a una jam
en la que todos son garguívoros trotacalles:
- Curiosa experiencia, oler un prado
de fragantes vishudas
que gozan mientras cantan.

Uno de ellos me mira mucho,
también debajo de la falda:
- Pero Eros me da vértigo,
pues prefiero el regazo
de su madre creativa:
Afrodita, también de amores,
pero musicales.

Y ya en una parada de autobús,
se ríen de mí los relojes,
carcajadean al saber de mi espera:
- ¡Intrépidos compañeros del futuro,
anhelo conoceros,
busquemos un agujero para gozar creando!

Mas luego, de golpe, mi mano sobre el corazón,
imagino cómo será el futuro en el amor, re-digo:

- Pero, a veces,
también me trago la sed
de estar contigo.
Soy difícil, pues te pido
lo invisible.
Gracias por todo,
el amor es un nodo
que nos une.
Tienes a Dionisos
metido en los oídos
y silbo tu locura
en mis gemidos.

Y el fuego que persigo
le pide a Prometeo
que me conceda un último deseo:
- ¿Cuál es? - me dice el dios. -
Ser tú
y robar yo
el fuego de los cielos.


*Alusión a los pájaros de la Isla de Aldous Huxley. ** Apóstrofe a los amigos que me dicen que uso palabras "cuáticas" para escribir.

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