gentil esclavo que hospedas mis versos
y me regalas el pan que me hace comulgar con todo
y me injertas alas como claveles blancos que sangran.
Protégeme de la locura:
Musa de fuego que instauras bombas que son paraísos daltónicos,
cada vez que piso mi alfombra violeta
cada vez que piso mi alfombra violeta
y recuerdo antiguos planetas cargados de Naturalezas moradas.
Yo fui Usugumo, la puta más totémica,
y mis carnes permitían el rasguño animal:
Naturalezas moradas como mis muslos azotados por cuerdas que estrangulan y roen la carne,
Naturalezas moradas y rosas como las flores de los bonsais de Kyoto.
Moradas como mi corona de lingams,
y rosas como mis besos de abajo
y las estalactitas de saliva corriendo como ríos por el cuello.
.
Protégeme de la locura,
Daimon que gime en el oído izquierdo, susurrando placeres proscritos para el Ser Humano,
desatendiendo toda moral, quitando los frenos de pie, de mano y de cabeza,
sacando todo bache, lubricando el sistema con un rayo de Zeus.
Hetairas que danzan el cosmos, folladas por los arcos voltaicos del pulso de la civilización.
Protégeme de la locura,
Maneki-neko, gato que se descabeza para matar las serpientes que acechan a las prostitutas sagradas.
He encontrado la bitácora de un superhéroe.
Protégeme de la locura.
He encontrado la bitácora de un superhéroe.
Protégeme de la locura.
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