“Señoras
y señores.
Siempre que
hablo ante mucha gente
me parece
que me he equivocado de puerta.”
Quiero
imaginarme que estamos en mi habitación,
y que
jugamos a viajar en el tiempo. ¿A dónde vamos?
Al centro de
la poesía
de los
tristemente felices años veinte.
Pero
primero, ¡invoquemos al DUENDE!
Después,
subamos al vientre del dragón
que puede
comerme
con
trescientos bostezos
de
trescientas cabezas defraudadas.
Por favor,
hagámosle cosquillas,
porque el
corto es en blanco y negro y un poco de gris
y yo tengo
un volcán en la entraña de color arcoiris.
0:50 NUEVA
YORK EN UNA POETA
poema-collage-conferencia
con LORCA, HIERRO Y WHITMAN
para formar
un cuarteto con MAGA
&
para
recitar con Manhatta
by Paul
Strand
and
Charles Sheeler made in 1920-1921.
Un
estudio de la moderna BABILONIA
en el RÍO
HUDSON
inspirado
en un poema de Whitman
co-traducido
con LOBO.
I
1:10
Whitman
dice:
Ciudad
del mundo:
todas las razas están aquí.
Ciudad de fachadas altas
de mármol y de hierro.
Ciudad orgullosa y apasionada.
todas las razas están aquí.
Ciudad de fachadas altas
de mármol y de hierro.
Ciudad orgullosa y apasionada.
Pero ahora vemos una panorámica del monstruo
desde el agua,
y replica Lorca :
“las aristas suben al cielo sin voluntad de nube,
ni voluntad de gloria.”
(…) Nada más poético y terrible
que la lucha de los rascacielos
con el cielo que los cubre.”
Y yo veo
que
ese puente del diablo conduce
a
la olla de oro del duende.
II
1:48
Hierro aclara:
“Después de miles, millones de años,
mucho después
de que los dinosaurios se extinguieran,
llegaba a este lugar.”
Mientras tanto, un LEVIATÁN
con sombrero hongo y traje de chaqueta,
la tinta negra con la que se imprimen los dólares
y
un corazón de papel de periódico
desembarca en
NUEVA YORK
el símbolo
de la ARQUITECTURA EXTRAHUMANA
y el RITMO
FURIOSO.
Moby Dick ha
roto aguas
y está
pariendo a la masa,
y expulsa
una placenta de petróleo:
veamos nacer
a esos seres-jornada,
escuchemos
sus latidos que son
como relojes
a contrarreloj.
Veamos desfilar al torrente sanguíneo
del capitalismo.
La muerte es
inmigrante sin papeles.
“Las aristas góticas manan del corazón de los viejos
muertos enterrados,
éstas ascienden frías con una belleza sin raíces, ni
ansia final.”
III
3:22
Alto
crecimiento del hierro
fino, duro,
levantamiento espléndido
hacia cielos despejados.
fino, duro,
levantamiento espléndido
hacia cielos despejados.
Acompañadme en este descenso del cielo al infierno,
a esta catábasis en la que ORFEO busca a EURÍDICE
cantando, entre reflejos y uñas de rascacielos,
fumándose las chimeneas,
sabiendo que se le suben los humos del orgullo,
y que el humo del éxito compite con la nube del
soñador.
IV
4:00
La
construcción de las ciudades
- La pala, la gran grúa,
el andamio, el trabajo
de muros y techos.
- La pala, la gran grúa,
el andamio, el trabajo
de muros y techos.
¡Oh proletario!
A pico y pala,
con el sudor de la frente,
se trabaja el sueño americano.
Divisamos a hombres sentados
sobre vigas que son laberintos
celestiales,
castillos en el aire,
construcciones de naipes
o un borracho póker de ases.
Y
eran duro cristal definitivo
las
formas que buscan el giro de la sierpe.
V
4:46
Whitman
dice:
Cuando
nuestra altura coronada
de mármol y bellezas de hierro
vaga por lados opuestos.
de mármol y bellezas de hierro
vaga por lados opuestos.
Y Lorca insiste
en el humo que compite
con las nubes.
De abajo arriba
“las inmensas torres
que, ciegas a todo juego,
expresan su intención fría
enemiga del misterio
y cortarán los cabellos
a la lluvia
o harán visibles
sus tres mil espadas
a través del cisne suave
de la niebla”
Calixto se asoma
al balcón sin Melibea.
VI
6:14
Las BARCAS EN LAS BAHÍAS
que aman el azul desierto,
la mentirosa luna de los polos,
la danza curva del agua en la orilla.
Aquellos ojos míos de 1920
ven esa PIRÁMIDE DE HUMO
esa feria de ceniza del que llora por la madrugada.
VII
6:49
Este
mundo totalmente abarcado
con raíles.
con raíles.
Dentro de mí, amor mío, por tu carne
¡qué silencio de trenes boca arriba!
Hierro piensa:
“He de recuperar la realidad
en la que yo no sea intruso”
VIII
7:31
El judío empujó la verja
pero el judío no era un puerto,
y las barcas de nueve se agolparon
por las escalerillas de su corazón:
las barcas de nieve que acechan
el hombre de agua que las ahogue,
las barcas de los cementerios
que a veces dejan ciegos a los visitantes.
El amor está en las carnes desgarradas por la sed,
en el triste mar que mece los cadáveres de las
gaviotas
y en el oscurísimo beso punzante debajo de las
almohadas.
IX
9:12
Crucemos este puente
Para ver que todo se ha ido
para ver los huecos y los vestidos.
X
9:25
El
grupo opaco en el río,
el gran remolque de vapor,
estrechamente flanqueado en cada lado por barcas.
el gran remolque de vapor,
estrechamente flanqueado en cada lado por barcas.
Tras ese NAVÍO CON REMOLQUES
debajo de las multiplicaciones
hay una gota de sangre de pato,
debajo de las divisiones
hay una gota de sangre de marinero;
debajo de las sumas, un río de sangre tierna.
Y es plata, cemento o brisa
en el alba mentida de New York.
XI
10:02 DIORAMA DEL TRÁFICO
Donde
multitud de la ciudad
se mueve incesante, todo el día en vivo.
se mueve incesante, todo el día en vivo.
¿O será todo el día en muerto?
Divisa desde cualquier balcón
el hormiguero de los autómatas,
caravanas de ceniza
en el plasma sanguíneo de un yonki chutado.
“Los muertos se descomponen bajo el reloj de las
ciudades
la guerra pasa llorando con un millón de ratas
grises”
Donde el Hudson se emborracha con aceite,
no es el infierno, es la calle.
Hay un mundo de ríos quebrados
y distancias inasibles
en la patita de un gato
quebrada por un automóvil.
Óxido, fermento, tierra estremecida.
Tierra tú mismo que nadas
entre números de la oficina.
XII
10:44. ATARDECER, NUBES, NOCHE, FIN
Nubes magníficas de la puesta del sol!
empapadme con vuestro esplendor,
a mí y a los hombres y las mujeres
de las generaciones futuras.
empapadme con vuestro esplendor,
a mí y a los hombres y las mujeres
de las generaciones futuras.
El atardecer restaura el poder de las nubes
por encima del humo de las máquinas.
El inconsciente sepulta a la civilización
en el sueño del que despertamos.
Hierro bosteza:
“Asaeteados
se desangran los edificios
por sus miles de heridas luminosas.
La ciudad, hechizada, se complace
en su imagen refleja, y se sueña a sí misma
transfigurada por la noche.”
A Lorca y a mí nos da pena,
pero amamos, a Whitman de todos modos:
“Ni un solo momento, viejo hermoso Walt Whitman,
he dejado de ver tu barba llena de mariposas,
ni tus hombros de pana vestidos por la Luna,
ni tus muslos de Apolo virginal,
ni tu voz como una columna de ceniza;
anciano hermoso como la niebla
que gemías igual que un pájaro
con el sexo atravesado por una aguja,”
No hay comentarios:
Publicar un comentario