domingo, 18 de diciembre de 2016

El orden y sus secuaces

La diferencia entre un genio y un loco es el orden.

Encontré un paquete con seis subrayadores de colores FLUORESCENTES. A cada color le asigné un código temático. Así me dispongo a organizar la información de todas los anárquicos cuadernos de notas manuscritos que me acompañan allende las calles.

LILA-Flipadas, sueños, límites cognitivos de la realidad
ROSA FUXIA- Activismo
NARANJA- Poéticas y lenguaje
VERDE- Amor y vínculos
AZUL- Sistemas, viajes y pedagogía 
AMARILLO- Self (cosillas personales del pobrecito yo)

Todos mis cuadernos, orgánicos y libres, son como los códices davincianos. Están llenos de ideas que he ido recolectando en el bosque de las neuronas, inducidas por experiencias, lecturas, soñanzas y existidurías o existibles. Los diarios creativos molan, sobre todo cuando no queremos aprender a manipular nuestra propia memoria. Escribo en ellos con fuego lo que no quiero olvidar y lo que no quiero que los demás olviden. Pues bien, este post es sobre EL ORDEN Y SU RELEVANCIA para todos los que soñamos con constructos humanos alternativos. ¡Allá vamos!


0. EMPIEZA POR LO QUE DEPENDE DE TI
 
Primero organiza tus propias cosas. Los demás ya se ocuparán de lo suyo. Las pertenencias relatan con fidelidad la historia de algunas decisiones que hemos tomado durante nuestra vida.


1. EL DISCERNIMIENTO ES CLAVE

 El desorden se produce por un exceso de cosas. Haz un inventario de pertenencias.
Soltar cosas es aún más importante que añadir nuevas. Organizar significa coger cada objeto con la mano, preguntarle si te inspira alegría y decidir si lo conservas o no. Confía en tu capacidad para tomar decisiones, no te entierres física ni psíquicamente bajo cosas superfluas. La mejor manera de descubrir lo que necesitamos es deshacernos de lo que no necesitamos. A veces, lo doloroso de ese proceso de desprendimiento es enfrentarnos a decisiones tontas del pasado, o decisiones que otros tomaron por nosotros. Este arrepentimiento se soluciona por medio de la acción y el trabajo personal.

Pregúntate, ¿por qué tienes esas posesiones?
- Por qué las elegí. 
- Por qué las necesito. 

Deshazte de lo que no te hace feliz y convierte este proceso en una ceremonia. Hacerlo de un tirón tiene el mismo efecto que un breve ayuno.

2. Almacenamiento sencillo.  No disperses los espacios de almacenamiento. Concéntralo todo en el mismo lugar. Organizar restaura el equilibrio entre la gente, sus posesiones y la casa donde viven, que se convierte en "generosa y hospitalaria".


3. Guarda los objetos del mismo tipo en el mismo lugar.  Es decir, las cosas similares se almacenan juntas.

 4. No apiles cosas. Recomendamos el almacenamiento vertical como clave. 


5. Vacia tu mochila o bolso todos los días.

6. Aprecia tus posesiones: "Gracias por...". Expresa tu aprecio por cada objeto-herramienta que ha sido útil durante el día. Trata las cosas como si estuvieran vivas (y lo están, psicológicamente). Nuestras cosas trabajan para nosotros. Si descansan en un lugar propio, tendrán más energía. Saluda a tu casa cada vez que entres: "Gracias por darme cobijo". Y recuerda: el espacio en donde vives influye en tu cuerpo.



Las cosas valoradas brillan.
Los seres humanos sólo pueden apreciar un número limitado de cosas a la vez. 

 

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