martes, 29 de octubre de 2013

Tuteando al Yo

"No se puede vivir en perpetuo éxtasis porque el éxtasis es, precisamente, una suspensión de la vida." 

"Son episodios de nuestra búsqueda de modos bienaventurados de relacionarnos, y los estudio con la esperanza de que podamos aprender algo que nos permita la perpetuación de la llama imposible."


"El ser humano vale lo que valen sus relaciones. Por eso es tan importante conocer, ampliar y profundizar la experiencia amorosa."

J.A.M., Palabras de amor

Y así el Pirata TAZ se fue a dormir y despertó con el rostro de la Princesa Wu Wei. 

La Princesa Wu Wei reinaba en el País de la Utopía, donde el espacio era infinito y donde el tiempo existía al margen del espacio. En ese lugar nadie hablaba de espaciotiempo, porque (I) ambas dimensiones, flexibles, podían manifestarse disociadas y porque (II) allí, sencillamente, nadie hablaba.

[Allí los relojes, por ejemplo, escribían ensayos silenciosos sobre la "constatación del Ahora".]

El reino de la Princesa tenía el marco del paisaje idílico. Algunos escritores del pasado lo llamarían en latín locus amoenus, un lugar ameno, donde fluyen ríos cristalinos y la Naturaleza orquestra en armonia con colores y sonidos rebosantes de belleza.

El escenario era maravilloso y, sin embargo, ella se sentía sola e incompleta. ¿Acaso no era paradójico ser la Princesa de un reino solitario? En efecto, la Princesa Wu Wei reinaba en un lugar imaginario, donde nadie existía, salvo un paisaje calmo y transparente donde ella lucía su autoconciencia.

Alguna vez, en sueños, la Princesa Wu Wei podía recordar que alguien la amaba con el fervor de quien encuentra el diamante más valioso. Sentía una nostalgia diferida de aquello. Y, entonces, de algún modo, habría llegado a la conclusión de que aquello - lo que más traspasa una vida humana-  es la fusión del Yo con el Tú.

Un día, ella vio una puerta en el tronco de un árbol. Cuando quiso entrar, una rama se interpuso y le dijo:

- Aquí nadie puede entrar solo. Alguien debe acompañarte. Porque, en este reino, la soledad no existe.
- Recuerdo que Yo tengo dentro un Tú. - habló, por primera vez, la Princesa Wu Wei, con el acento de pájaro cantor del Pirata TAZ.

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