Imagina.
A veces, cuando uno respira demasiado rápido, viene.
Pasea sobre el propio hombro, merodea como un perro.
Si le buscas, se esconde en un agujero.
Si le llamas, huye.
Una vez me escupió porque quise ponerle un nombre.
Sólo podemos coincidir después del ritual.
He de olvidar que el tiempo existe.
Reconstruir la historia, a pesar de los silencios.
Aún
La muerte despega las células de sus reses.
Ya no existes, todos dicen que has muerto, y aguardo la noche
para verte detrás del telón de los sueños. Pero nunca apareces,
porque las gentes que moran entre las sábanas también dicen que has
muerto.
Por eso me veo obligada a arrastrarme por un mundo sobre el que ya
no yacen todas las cosas. Donde el aire ya jamás será golpeado por
tu respiración, ni se verá fulminado por tu mirada.
Y me lamento por no tener más fantasía y hablar contigo cuando
me observas, invisible, mientras me desnudo; o de tenderte la mano
cuando me la pides en el espacio, o de devolverte el beso cuando
siento un temblor sobre el aliento.
Pero el mundo debe de ser más grande que todo esto.
Sin
¡Nooooo!
¡Caíste como las manzanas y las declinaciones latinas!
¡Noooo!
¡Caíste como el Imperio Romano!
¡Noooo!
¡Caíste como Napoleón y los aviones de papel mal hechos!
Y yo solita sola con caparazones de llanto en las mejillas.
mas hoy suenas a h
mas hoy suenas tan lavado e invisible como la h
mas hoy la h se h en un
saxofón oxidado
ñigu ñiiiii ñigu ñiii
Sabes a símbolo y a especia,
estás en la espiral logarítmica de los cafés matutinos,
en el mullido y sordo abofeteo de la ropa limpia,
en el nudo gordiano de los amantes malditos.
Sabes a símbolo y a especia,
suenas en el mordisco de los iris ajenos,
suenas por el hueco
(como viaja el sonido en las madrigueras de las guitarras:
eres la nota arrancada de ese cero).
Recuerdo cuando ayer, tú
recuerdo cuando ayer, tú
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