Todo está escrito
en el libro de la Naturaleza.
Antonio Gaudí,
inscripción en las escaleras del Parc Güell
RESUMEN
DEL PROYECTO
Arborígenes es una heterotopia: en
contraste con la utopía (que en griego significa “no lugar”),
tiene posibilidades reales de materializarse en diferentes
lugares del mundo. Es un
proyecto de construcción de casas en los árboles que se
integra dentro de la metodología funcional de la permacultura
y las ecoaldeas. Pretende recuperar espacios naturales
malversados por la explotación indebida y los incendios y cubrir
el derecho a una vivienda digna mediante la generación de una
relación simbiótica entre los hombres y los árboles. Por
lo tanto, es afín y complementario con cualquier tipo de
arquitectura ecológica, autosostenible y armónica con la
Naturaleza. De hecho, anhela
la fusión con todos los proyectos que integren esta filosofía,
porque todos somos uno y la unión hace nuestra fuerza.
Arborígenes realiza un estudio
previo de cada árbol y diseña un modelo de construcción único que
se adapte a su morfología, completamente respetuoso con sus ciclos
biológicos y su crecimiento, mediante el uso de cuerdas, poleas
y cualquier tipo de material reciclado, sobre todo madera. También
aboga por el uso de energías renovables no contaminantes y por el
diseño y uso de aparatos domésticos que funcionen con la misma.
Arborígenes implica un modus
vivendi, una filosofía de vida: pretende que el ser
humano regrese al diálogo con los benéficos y ancestrales seres
vivos que, desde los orígenes, nos han provisto de oxígeno, cobijo,
alimento, belleza y sabiduría.
De este modo, Arborígenes es
un proyecto que ofrece un modelo de sociedad inspirador,
basado en la autorrealización del individuo y su diálogo con la
madre Tierra. Es un sueño atesorado desde la más tierna
infancia y, a la vez, perfectamente realizable, que aboga por el
cambio social y la armonización de la tecnología y la
espiritualidad.
ANTECEDENTES
Y ESTADO DE LA CUESTIÓN
La
casa árbol, sin duda, está presente en el imaginario colectivo
y amanece en nuestra mente como matriz de vida y refugio inspirador.
De manera instintiva, todos
los niños han soñado e ideado casas en los árboles, como lugares
para la aventura y la imaginación.
Así, el ser humano juega a construirse su hogar idílico desde la
más tierna infancia. Algunas referencias literarias se
encuentran en Rudyard Kipling (El
Libro de la selva),
Edgar Rice Butrougths (Tarzán de los monos)
o Italo Calvino (El
barón rampante).
Cuando,
como señala George Bataille, "el hombre estaba en el mundo
como gota del agua en el agua", vivía como el resto de los
animales: integrado en la naturaleza. Utilizaba sus habilidades
técnicas para proveerse de cobijo y alimento. Dado que el ser
humano prehistórico estaba amenazado por depredadores, se construía
su cabaña en las copas de los árboles, a unos metros del suelo,
para no ser presa fácil de las fieras. Con el paso del tiempo, el
hombre se ha convertido en el principal depredador de la Naturaleza y
se ha aislado egocéntricamente de ella, a la que domina y somete.
Actualmente,
quedan pocos humanos que habiten los árboles: el poblado
korowai de Irian Jaya, Indonesia,
es de los últimos que han conservado esta tradición ancestral.
Las
casas árbol emergen en las primeras
civilizaciones.
En el Antiguo
Egipto
se construían para obtener espacios de sombra y aplacar así el
calor del desierto. Plinio
el Viejo, en su Historia
Natural
(79 a.C.) explica
que los
romanos amaron este tipo de construcción como símbolo de lujo y
excelsitud:
el emperador Calígula llamaba "nido" a su casa árbol y
organizaba allí deliciosos banquetes y orgías.
Durante
el Renacimiento
italiano,
según apunta Francesco
Colonna en su Hypherotomachia
Poliphili (1499),
los
Medici apoyaron este tipo de construcción, como fuente de
inspiración artística y literaria.
Durante
el siglo XVII,
en Alemania, las casas árbol siguen siendo templos
para las musas:
como nota Lutero en sus obras, es común la "danza
bajo el limo":
la casa árbol era la infraestructura telúrica de bailes y
espectáculos populares. Durante el periodo clásico, ya
en el siglo XVIII,
proliferó la casa árbol dentro del jardín
inglés,
punto de encuentro de tertulianos y poetas amantes de la belleza
natural.
Las
casas en los árboles, ya en el siglo XX, han sido valoradas
por particulares con poder adquisitivo y una situación económica
alta como un lujo romántico o de relax para el ocio y la amistad.
También han sido asociadas con la aventura, el juego, la
supervivencia o como forma de protesta ecologista, como marcó el
hito de Julia Hill -que protestó en los años 90 por la
preservación de las secuoyas en California.
En
el siglo XXI, Arborígenes proyecta la casa árbol como
vivienda en un marco natural y se replantea la relación entre los
árboles y el ser humano como una posible simbiosis física y
espiritual.
3.
HIPÓTESIS DE TRABAJO
Sanación
del planeta herido.
Arborígenes
es un proyecto soñador y a la vez tremendamente realista, porque
aboga
por un cambio social incotestable para la salud y preservación
natural
de
nuestra madre Tierra.
Plantea una manera de vivir que puede
contrarrestar el enloquecido consumismo que ha contaminado y ha hecho
enfermar el planeta. Quiere
hacer realidad el deseo de construir un lugar mágico, donde es
posible vivir como en un paraíso.
La
economía del don.
Arborígenes
concibe que otro modelo de sociedad es necesario y posible, y que ese
modelo parte de una ética personal donde el ser humano vuelve a
conectarse con las energías telúricas de la Tierra. Cuando esta
reconexión se realiza, la humanidad se reencuentra a sí misma:
conceptos como la alienación o la propiedad privada se convierten en
autorrealización y trabajo por el bien común.
La
crisis actual del sistema capitalista ha sido resultado de la
confusión de la medida (el dinero) con la riqueza.
Somos conscientes de la necesidad de construir un nuevo modelo social
con paciencia, tolerancia y actividad que
esté basado en la ecología y la permacultura, el intercambio de
dones y el trabajo cooperativo.
La
civilización-bosque.
Arborígenes
es un proyecto que implica
un reto para la imaginación.
Imagina
que en el momento de concepción de un bebé se plantara la semilla
de un árbol asignado para darle cobijo.
Imagina que, desde su nacimiento, se le educara para amar, cuidar y
aprender de ese árbol, concebido como su futuro hogar. Imagina que
ese niño estudiara en la escuela la manera de construir su morada en
ese árbol al que día a día observara crecer. Dentro de ese marco,
el ser humano podría conectar con el mensaje de Gaya, cuya
conciencia se ha demostrado científicamente en los últimos años.
- Generar una relación amante y simbiótica entre la humanidad y los árboles.
- Cubrir uno de los derechos inalienables y de primera necesidad de todo ser vivo: ofrecer una vivienda digna a seres humanos en situaciones precarias y a los que, en general, desean, un modelo de sociedad autogestionado, autosuficiente, altruista, ecológico y amante de la Naturaleza.
- Generar una residencia artística y promover festivales de arte y cultura.
- Fusionar el nomos y el physis: erigir un modelo social integrado en la Naturaleza..Rehabilitar a los sintecho, marginados sociales y drogodependientes.
- Generar una sociedad autosostenible que funcione a través de energías renovables.
- Potenciar la economía del don: un modelo económico basado en la cooperatividad y el intercambio, que concibe el trabajo como autorrealización y no como alienación, que detiene el consumismo desmedido e innecesario y recicla los deshechos.
- Reciclaje. Alquimizar materiales de deshecho y convertirlos en material de construcción. Limpiar bosques y reciclar la leña como materia prima.
5. OBJETIVOS
Y METODOLOGÍA DE LA CONSTRUCCIÓN DE CASAS ÁRBOL
5.1. PRIMERA
FASE: VALORACIÓN DEL ÁRBOL
- En primer lugar, se ha de considerar si el árbol reúne las condiciones necesarias para acoger una casita. La construcción también es posible con la unión de varios árboles cercanos como pilares base y que se reparten el peso entre ellos, o bien añadir uno o varios pilares para sostener la cabaña. También cabe la posibilidad de construir en las copas de uno o varios árboles pero enteramente sobre pilares, si los árboles no pueden recibir peso. Es posible subir hasta 8 metros para tener unas vistas panorámicas. Los árboles más adecuados son los robles, plátanos, hayas y pinos grandes. El aislamiento de la cabaña depende del clima del lugar: desde una estructura sencilla sin forrar, hasta un aislamiento completo donde se puede instalar una estufa eléctrica. Para mayor confort, también se puede instalar ducha y lavabo.
- En segunda instancia, se tiene en cuenta cómo el futuro habitante del árbol se imagina la casita.
- En tercer lugar, se hace una valoración del diseño de la estructura en función del crecimiento del árbol. Dado que es un ser vivo, se estudiará su proceso biológico y el de sus habitantes que, en la medida de lo posible, cohabitarán con el futuro inquilino humano.
- Después, el carpintero maestro tomará las medidas y propondrá una maqueta del proyecto: un árbol grande permite una cabaña entre nueve y seis metros cuadrados más una terraza equivalente.
5.2. SEGUNDA
FASE: CONSTRUCCIÓN DEL ÁRBOL
1. Sin
herir al árbol. El sistema de construcción en el árbol
respeta al máximo su salud y desarrollo como ser vivo; tiene en
cuenta sus ciclos biológicos y se basa en amarres no estrangulantes
con cuerda, poleas y pilares ensartados sin clavos. Los pernos se
utilizan únicamente en la estructura, nunca en el árbol, para no
obstruir su flujo nutritivo. Por otra parte, en las zonas más
inestables, es común el uso de bloques o abrazaderas para lograr
superficies planas, verticales u horizontates para las vigas.
Están
terminantemente prohibidos los siguientes procedimientos de
construcción:
- El
uso de clavos para apoyos principales.
- El
uso de cables o cuerdas para atar o envolver las ramas como
apoyo, porque eliminan la corteza y dañan capas sensibles de
debajo, con lo que el crecimiento de la rama quedaría
estrangulado y de nuevo se corta el flujo de alimento nutritivo
al resto de la rama.
-
Pernos separados a menos de 12 pulgadas.
-
Corte de cantidades excesivas de corteza o de madera para lograr
superficies planas.
-
Usar más clavos o tornillos que se necesitan para posicionar
temporalmente los apoyos.
-
Permitir que cualquier parte de la casa toque el árbol
directamente (todo debe descansar en su sistema estructural de
apoyo): esto evita quemaduras por fricción
2. Material
reciclado. La madera escogida para las cabañas es reciclada:
procede de la poda y recogida de madera muerta de los bosques, de
muebles reciclados o barcos desahuciados. Es impresdible que sea
una madera que no se pudra -la más recomendable es la de cedro
rojo, pero no es primordial-, y que sea ligera y flexible, algo
imprescindible para que con el proceso de crecimiento del árbol no
se rompa. Además, se proyecta la reutilización de toda clase de
materiales, como el vidrio o la cerámica.
6. BIBLIOGRAFÍA
ORIENTATIVA
Wenning,
A. Case sugli Alberi/ Treehouses. Milán:
Edizioni L'Archivolto, 2009.
Links
generales de Casas Árbol
- Interesting ThreeHouse from Japan: http://www.johnsan.com
- La Cabane Perchée: . www.la-cabane-perchee.com, info@la-cabane-perchee.com
- ThreeHouse Company Based in Seatle: http://www.treehouseworkshop.com
- ThreeHouse paintings: http://www.artist-danfuller.com
- ThreeHouse wines: http://www.salitage.com.au
- True TreeHouses in New Guinea: http://www.harald-melcher.de
- Wonderful Play Structures: http://www.barbarabutler.com
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