miércoles, 1 de enero de 2014

EL ARQUETIPO SIN NOMBRE XIII O EL SENDERO DE NUN



El que vence a los demás, es fuerte. El que se vence a sí mismo, es invencible.
Tao Te Ching

(Él y Ella ya no son Él y Ella. No tienen nombre. La Muerte ha asesinado los pronombres.)

MUERTE
Mirad ese espejo roto: contiene el rostro de una joven que murió empalada por su ego.

Esa imagen por sí sola es demasiado miserable.
Podemos investirla de fama.
Todos la recordarán.


¡Jajaja!
¡Era una broma!
La fama no existe,
el ego no existe,
nada existe.
¡La nada existe!
¡Nadie la recordará!


(El Ave Fénix junta ramas y leña y convierte su nido en una pira funeraria.  La muerte se come un Ave Fénix cocinado en su propia brasa, como un Pavo del Día de Acción de Gracias yanki. De las cenizas del Ave Fénix, surge el Innombrable)

INNOMBRABLE
Desaprendo, ergo existo.
Derribo castillos de aire
para saborear el vacío.

MUERTE
Es preciso morir para renacer.

INNOMBRABLE
Era la Nada:
busqué y encontré
Algo.

MUERTE
No es mala la muerte de un ideal para que nazca otro más perfecto.

INNOMBRABLE
En esta montaña ardí. Primero me creí presa del autocanivalismo y de la inanición, después transfiguré en una bandada de ciento volando. Cientos de Aves Fénix volando en bandada incandescente y  migratoria.

 MUERTE
A eso lo llamo "crisis depurativa".

INNOMBRABLE
Pretender estar en los límites de lo cómodo supone trabas para la autorrealización.

MUERTE
Para eso, siempre está Shiva, destructor de las pasiones.


INNOMBRABLE
Como la oruga se hace mariposa, la cola del Escorpión se convierte en el vuelo majestuoso de un Águila.

MUERTE
Transmuta tus pasiones en ideales, tu energía física en potencia psíquica.
Abona la luz con la podredumbre del antiguo disfraz.

No hay comentarios: