FAUSTO - Bien ves que no se trata aquí de una dicha
pasajera; al contrario, quiero consagrarme por entero al vértigo, a los goces
más terribles, al amor que confina con el odio, al desaliento que eleva. Mi
corazón, curado de la fiebre de saber, no estará en adelante cerrado para
ningún dolor; en cambio, quiero también sentir en lo más profundo de mi ser
todos los goces concedidos a la humanidad, saber lo que hay de más sublime y
profundo en ellos, acumular en mi pecho todo el bien y todo el mal, que es su patrimonio
exclusivo; hacer extensivo mi propio mal hasta el suyo y acabar por morir como
el género humano.
MEFISTÒFELES. - Puedes
creerme: yo, que desde hace miles de años estoy masticando este duro alimento,
te aseguro que, desde la cuna al sepulcro, ningún hombre puede digerir la
antigua levadura. Cree a uno de los nuestros, que dice: ese gran trono está
creado para un solo Dios; a él se deben estas eternas estrellas; a nosotros nos
ha creado para las tinieblas, y sólo
vosotros tenéis el día y la noche.
FAUSTO . - Pero, yo deseo…
MEFISTÓFELES. - Te comprendo,
pero sólo una cosa me inquieta: el tiempo es corto y el arte largo. Creo que
deberías instruirte; únete con un poeta; déjale dar rienda suelta a su
imaginación, y haz que te infunda todas las más nobles cualidades, esto es: el
valor del león, la agilidad del ciervo, el ardor del italiano, la constancia
del habitante del norte. Haz que halle el medio de unir la magnanimidad a la
astucia, y que en virtud de cierta combinación, te dote de las ardientes
pasiones de la juventud. De mí sé decirte que me gustaría en gran parte ver a
un hombre de esta clase, para poder darte el título de maestro del microcosmos.
FAUSTO. - ¿Quién soy, pues, si
no puedo conquistar esa corona de la humanidad a la que aspiran todos mis
sentidos?
MEFISTÓFELES. - Tú eres, en
último resultado, lo que debes ser: coloca sobre tu cabeza una peluca de miles
de bucles, calza tus pies con coturnos de una vara en alto, que no por ello
dejarás de ser lo que eres.
Fausto, Göethe
ELLA
¿Qué haremos, ahora?
¿Dónde pondré la boca?
Yo sólo sé
estar loca.
ÉL
Caminaremos todas las calles cuesta arriba
y nos besaremos en función
de las señales.
Pero lo más predominante será
el diálogo
y el gesto:
haremos pequeñas representaciones teatrales
sobre nuestra idea de amor puro.
ELLA
Cómo se ha maltratado al amor.
ÉL
Sí, toda una catástrofe.
ELLA
El amor más puro que he visto:
juega a la ruleta rusa
en manos de un genio enloquecido.
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