lunes, 24 de octubre de 2011

Echar de menos en lluvia

La lluvia melancoliza, y echo de menos todos aquellos momentos en los que sonreí por dentro. La lluvia derriba la fachada de un piso viejo. El amor en duermevela recita los versos a un sordo. Me arrepiento del futuro que no aprovecharé para abrazar, y del pasado que, colmado por la gota de algún vaso roto, me clava sus cristales ahora.

Mirad esos cristales del vaso roto colmado por la gota: cortan si se cogen con las manos pero, si se sostienen con cuidado y se miran a trasluz, se convierten en un caleidoscopio trágico y bello sin contradicción.

Del mismo modo, sé que el amor es distinto y cada vez estoy más escrita y más borrada y quiero pasar a limpio la mejor versión, grabar en letras de fuego la pasión que sobrevive a esta lluvia.

martes, 18 de octubre de 2011

El soporte perdurable

Sé que últimamente callo bastante por aquí. Estoy trabajando con el soporte literario perdurable, la piedra, la madera, el pergamino y el papel. No podría ser de otra manera. Filóloga de profesión, sé que cuenta la calidad del papel de lo que se cuenta, y que una tapa dura resiste más que una blanda. Amo el libro como objeto. Este blog no puede proporcionarme el placer de este delirio deseante.

Salid a las calles a buscarme, allí también encontraréis ese otro soporte, el mortal, el de mi voz recitando versos en presente absoluto. Allí sólo estoy en carne y hueso, allí todo dura lo mismo que una canción y un sueño de viajante.