domingo, 31 de enero de 2010

La asfixia inexplicable

... porque ese ansia nunca termina, porque las capas de cebolla eran infinitas.

Y Melitta me responde al final, cuando estamos a punto de separarnos:

- Para algunos, las alas son cadenas que nos atan al cielo.

miércoles, 27 de enero de 2010

Los que no son zombies



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Estamos apartados de las luces de neón, en la espesa oscuridad, con buitres en la garganta y océanos crudos que devoran la historia que otros inventaron para vivirnos.

¡Ay, Barcelona! Beto Stocker



El coleguilla.

jueves, 21 de enero de 2010

Curso de canto para niños afónicos


[Os dejo aquí el sedimento de mis incursiones en el mundo de la voz.]

Eres un instrumento musical. Afínate, tócate, interpreta una canción a través de ti mismo.

Imagina, primero, que eres capaz de respirar por el ombligo. Localizas las cuerdas vocales bajo la nuez. Haces un bostezo-sonrisa y así encuentras tus resonadores internos. (Nota: si te duele la garganta, lo estás haciendo mal; no imites la voz de otros, halla la tuya: bucéate hasta encontrarte a ti, auténtico).
¿Qué clase de instrumento eres? La voz es viento y cuerda a la vez. Tiene extensión, potencia, color. Color o timbre, vibración. Los niños tienen la voz blanca como el suelo de Islandia. A partir de la preadolescencia, esas voces se van tiñendo, se van manchando, algo las salpica. Hay hombres tenores, barítonos y bajos; mujeres contralto, mezzosoprano y soprano. ¿Te conoces a ti mismo? ¿Cuánto mide y pesa tu aliento? Modulas la voz como un pez viscoso que nada en la corriente de un río: ese trazo del aire dibuja la tristeza, la alegría, la esperanza, el sufrimiento, la sorpresa. Hay que ser un crack para parecerse al salmón.
La fórmula mágica:
BUENA TÉCNICA RESPIRATORIA + USO DE LOS RESONADORES = Descanso de las cuerdas vocales.
Luego hay que jugar chapurreando. Te compras una grabadora, te miras recitando delante de un espejo de pared. Analizas tus tics, tus dejes, tus excesos, tus errores. Te equivocas a cielo abierto porque equivocarse es lo más importante del mundo. Saber cuándo uno se equivoca, hacer una foto del movimiento errado y modificarlo mediante un rayo láser de hiperconciencia.
Si fuera tu madre te diría que la voz quiere una vida sana, que la garganta necesita humedecerse, beber líquido, no fumar. Si fuera tu madre te diría: ¡Nunca fuerces la voz, no la violes impostándola, ni cantes cuando estás enfermo, ni hagas broma con registros demasiado agudos! Pero ni ganas de ser tu madre (mi hijo aún no sabe leer). Y, en fin, ese haz lo que yo diga pero no hagas lo que yo haga. El Curso de canto para niños afónicos permite los vicios y los disculpa.
***
La constancia es increíble. Haces unos ejercicios de calentamiento: respiras profundamente, localizas la nariz que tienes en el ombligo; luego, cuando te sientes relajado, te centras en el chacra de bajo la nuez (visualizas allá dentro un Sol o una Luna). Poco a poco se van desplegando los pulmones, como las velas de un velero bergantín. Susurras primero, tu voz camina de puntillas. Lentamente, el aire te va emborrachando.
Ensayas tus verborreas, tus silbidos, tus tralarís tralarás durante periodos cortos, muchas veces al día. Haces la escala musical cada vez que vayas a mear. Antes de dormir, cantas alguna nana a alguien. La ducha es idónea para proyectar la voz. Y obsérvate gemir mientras haces el amor: toma el referente de ese gemido cuando quieras cantar con la entraña misma (entonces, imagina que respiras desde el sexo).
Susurras en medio del ruido, ensayas pasando desapercibido. Puedes ir completamente sobrio y dirigirte al grupo de borrachos de un bar y cantar con ellos el himno de su equipo de fútbol. Entonces descubrirás que, vayas donde vayas, puedes estudiar canto. ¿No te parece divertida la gente que silba por la calle? ¡Oh, esa raza superior en peligro de extinción!
***
¿Alguien te ha hablado de la respiración diafrágmica? Tranqui, no te asustes. Hagamos unos ejercicios físicos suaves, suaves, suaves, para encender motores:
1. Jadea con golpes cortos, como un perro. Puedes sacar la lengua si te apetece.
2. Ponte las manos en los hombros. Piensa en el número 4. Inspira 4 segundos, retén el aire 4 segundos, expira 4 segundos, reposa 4 segundos, etc.
3. ¿Vamos a la principal gasolinera del cuerpo? Inspira y llena los pulmones de oxígeno hasta arriba contando mentalmente. Luego expira hasta que no quede más que expirar (siempre queda más que expirar, pero si te pones de color lila, respira otra vez, por favor).
***
Puedes aprender a racionar el aire con empujes de la zona abdominal:
1. Repite el movimiento que uno hace cuando tiene un susto y encoge el culito (ano hacia adentro) y la tripa se echa hacia delante.
2. Oscila como si bailaras o tu cintura fuera un vaivén marítimo.
3. Repite los ¡HO HO HO! de Santa Claus con golpes secos (esto, como mínimo, te puede preparar para los castings de diciembre, y te sacas un curro extra). Sigue con el sonido de pedir silencio SSSSSSSSSSSSSSSSSSSS..............T y luego imitas un sifón SH..........................F................................
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El canto es un regalito que está dentro de la caja de resonancia. Que la laringe esté baja, bosteza y descubre el tubo por el que circula la voz, y luego dices: "¡MMMMMMMMMMMMMMMAAAAAAAAAAAEEEEEEEEEEEEEEEEEEIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUU!"
Por último, métete una patata en la boca. Cicerón se ponía puñados de tierra (la patata es más light). Y dices:
UUUUUUUUUUUUUUUDAAAAAAAAAAAAAAAEEEEEEEEEEEEEEEEEEEIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII!
Luego, pronuncias la misma palabra absurda con un lápiz en la boca, sin tirar los labios hacia atrás.
Tal vez, después de esto, te pase como a mí, que cogí el lápiz de la boca y me puse a escribir este Curso de canto para niños afónicos.

Fotocopia Express



¡Bienvenidos al Gran Día de Hoy, fotocopia de otros tantos días, precedentes y remotos!

miércoles, 20 de enero de 2010

La vieja dixit


Siempre podré cantar a la belleza. Aunque sea una vieja desdentada y moribunda, aunque la fealdad haya secuestrado mis facciones, tenga los huesos destrozados y me duela la espalda; aunque mis ojos no vean de lejos y esté sorda como una tapia; aunque me llamen bruja los chiquillos y me prendan fuego en un cajero; aunque todos me insulten y mis hijos renieguen de mí y los amores me abandonen y sientan arcadas al verme; aunque yo sea el ser más desgraciado de la Tierra y rezumen a mi alrededor la codicia, la maldad y el egoísmo, siempre podré cantar a la belleza.

Bastará con recordar que el corazón es una flor de fuego.

martes, 19 de enero de 2010

Croacac, croacac



No dejo de recordar eso que decía Juan de Mairena a sus alumnos sobre las diversas maneras de conocer algo que está vivo.
Uno puede capturar una rana de la charca, biseccionarla en un laboratorio y analizar sus órganos por separado. Las partes sumadas no resultarán, sin embargo, una rana: darán un trozo de carne en estado avanzado de putrefacción, un cadáver descuartizado que no croa, ni se reproduce, ni nada plácidamente en la charca.
Probad, en cambio, a buscar un observatorio privilegiado para contemplar, con sigilo y respeto, a este animal: veréis a un ser dialogando con su entorno, un cuerpo que, día tras día, se metamorfosea admirablemente mientras crece, se alimenta, se desplaza, canta, galantea o se moja plácidamente bajo la lluvia.
¿Dónde está el conocimiento? En todo caso, el objeto de estudio de la bisección de laboratorio es la rana muerta. El objeto de estudio del observatorio secreto (o la cámara oculta) es la rana viva.
El paso siguiente es hacer como el personaje que posa en la foto: convertirse en rana. ¡Cuántos príncipes de los cuentos hay retratados en ese chaval en cuclillas, a punto de saltar a la charca!

lunes, 18 de enero de 2010

Un libro de las listas

En efecto, acabo de inaugurar mi particular Libro de las listas. Cada día apunto todas las menudeces que pretendo hacer con mi vida. Normalmente, nunca tengo la sartén por el mango y, hacia la noche, veo que sólo he conseguido un par de objetivos. Cada vez me cuesta más poner un nuevo reto en la lista, pero los que persisten son cada vez más decisivos. Es un método que recomiendo a cualquiera, porque con el Libro de las listas te das cuenta de cuáles son tus deseos emergentes e, incluso, de la cantidad de trabajos fatuos que uno hace, y nace esa picaresca de eliminar lo alienante para tener una vida menos desafinada, más acorde con el instrumento musical que somos y la melodía que queremos tocar.

Amigos, tenemos que desenmascarar nuestros dones.

sábado, 16 de enero de 2010

Insomnio sin cigarrillos

Es extraño. De golpe, una se ve sin tabaco, un bebé dormido que se despertará a las ocho, la una y media de la noche y unas ganas tremendas de fumarse un pitillo sin la posibilidad de salir fuera. Y esto no es nada. He cogido unos restos de vino avinagrado de la nevera y le voy dando lingotazos, ¡qué desesperación!, entiendo a esos tipos que bebían colonia durante la ley seca.

Por suerte, escribir es esa cosa que ha conseguido que yo no esté bajo tierra o me haya convertido en una yonki. ¿Os parece radical? ¡Qué va! Es sumamente fácil quitarse de en medio. ¿Qué queréis que os diga? Podría deciros blabla y poner nombres raros de florecitas que nadie huele, pero la putada es que es tremendamente fácil quitarse de en medio. O que nos quiten.

Hace un par de días se soltó un remolque de un coche que atropelló a una tipa de mi edad en un sitio por el que paso un millón de veces al día. Le tocó la lotería a la pobre desgraciada.

Vale. Tenéis razón. Por suerte escribir no es lo único que ha conseguido que yo no esté bajo tierra. Hay más razones. ¿Qué hay del dulce sueño de esa criatura? Nuestras tardes juntos cada vez son más salvajes. Tengo conversaciones con él como si nuestra vida fuera una ópera. Le hablo cantando y se parte la caja. Hoy he saltado con él en la cama. Los niños no son ninguna responsabilidad, es un gran alivio y descanso entregarse a los juegos de los locos bajitos sin tregua.

Vale, ahora entras en la fase "mazapán". ¿Diré que estoy contenta?

Hoy he quedado para comer con mi padre. Cuando lo he visto, me ha dicho:

- No sé qué me pasa contigo. Antes nos peleábamos muchísimo y ahora, cada vez que te veo, me relajas un montón, es como si me hubiera tomado tres tilas.

Pero cuando uno es demasiado feliz, hay una especie de válvula que dice "te vas a volver loca, no vas a ser capaz de argumentárselo a nadie. Te tacharán de inmoral."

No tengo ni puta idea de por qué me siento feliz ahora mismo si tenía ganas de fumar y no tengo tabaco y le estoy dando lingotazos a una botella de vino que sabe a vinagre y son casi las dos de la mañana y...

Pero que dure mucho.

viernes, 15 de enero de 2010

¡Ala, a escribir!



¡Ayer tenía en la cabeza The typewriter de Leroy Anderson, y me ha chiflado encontrar esta paródica interpretación de Jerry Lewis!

miércoles, 13 de enero de 2010

¡¡RESISTIREMOS, BROSSANOVA!!


[Reproduzco el texto que ha redactado Marçal Font, portavoz de nuestra frustración, rabia y sensación de absurdo ante la injusticia de quienes deberían ser sus $garantes$]

Pues sí, otra vez ellos. Los de siempre.

Nunca pude leer 'El Proceso' de Kafka. Me encanta este autor pero nunca pude con esta obra. Lo he intentado una y otra vez a lo largo de mis todavía escasos días. Siempre he tenido la sensación de que leer esta novela era como no leer nada. Mejor dicho, como transitar por las mismas avenidas, las mismas calles y los mismos paisajes sociales por los que transito a todas horas. No he tenido nunca la capacidad de ver un salto entre la página y el mundo que me circundaba. No hay novedad, no añade nada a lo obvio. ¿Para qué leer que una paloma es gris si la tengo delante, si está justo detrás de las páginas del libro que me la explica? Fea, sucia, enfermiza, símbolo de abulia y no de paz. La narración de Kafka es exacta, tanto, que sólo el marco que ofrecen las cubiertas cuando abro ese libro evitan que, como en un cuadro de Magritte, el texto se me haga invisible mimetizado en el mundo palpable. Es como ver a través de él exactamente la misma realidad que tendrías si te lo quitaras de delante. Es un libro invisible. Para mí, un libro ilegible por perfecto, por demasiado cristalino. Lo he intentado muchísimas veces, pero por más que lo intento, no logro entenderlo.

Cuento todo esto porque este post está escrito desde el ardor y por lo tanto, tiene algo de personal (me perdonen los compinches de esta aventura), y porque hoy nos ha tocado, otra vez, dar un paseo por las páginas de ese libro. Os ahorraré la escatología legal de la cuestión, la anécdota de esta otra vez la injusticia, todos la conocéis porque todos tenéis las vuestras. Esta vez a K le han cerrado el local donde monta cada quince días un recital abierto. Es cautelar y "voluntario" por parte de los propietarios para evitar males mayores hasta que llegue el juicio para resolver un contencioso administrativo con el Ayuntamiento que tienen ganado. Pero la separación de poderes en este país es quimera, así que a juicio perdido no hay mobbing administrativo que se le resista. El Centro Cultural Brossanova, con todos los papeles en regla, todos los impuestos pagados, todas las normativas de seguridad, orden, aforos, derechos de autor, sanidad y trabajo cumplidas a rajatabla como no hacen hoy ni los sindicalistas en su propia casa, sin ninguna denuncia, sin ningún informe policial negativo, con unas dos inspecciones semanales de media por orden de la administración y orgullo mafioso, con la vecindad a favor, contenta y asociada y con una programación de recitales de poesía, monólogos, exposición de arte y humor encomiable debe cerrar de forma preventiva sus puertas.

Serán diez días hasta que un juez determine lo que puede determinarse el día en que se determine que deba determinarse la resolución de la cuestión determinada. Quizás para ese día lo que haya terminado sea el sueño, la ilusión, el dinero y la capacidad de sufrimiento de dos jóvenes napolitanos, fuertes, bellos y cultos que decidieron que esta ciudad bien merecía que se quemaran por ella unos años de sus preciosas y diminutas vidas. Para hacer algo bueno, algo fuerte, algo libre y algo para el goce de todos y el mal de ninguno. Que por lo visto, aman mucho más esta ciudad que sus propios políticos.

Pasamos por el aro para que una vez al otro lado nos dejen ser, pero no nos pidan que vivamos subidos a él mientras un cabronazo nos mece como a un lorito bueno.

El Centro Cultural Brossanova debe seguir y seguirá. Es de justicia.

Un abrazote,
Marçal Font

martes, 12 de enero de 2010

Arruga bella


La vida tatúa sobre nuestros miembros un libro de cicatrices, de arrugas afiladas como navajas de afeitar. Cuántas sonrisas y lágrimas hay en este lienzo de la piel, cuántas cosas vieron estos ojos.

lunes, 11 de enero de 2010

Motas de polvo


[SERIE MOTA DE POLVO I BOLA DE AIRE, FOTO: Las esferas omnipresentes, Autor: Calic]


Hay pequeños planetas acumulados en las estanterías, que hacen estornudar a los alérgicos.

Ser una piedra es mejor de lo que creía


[Debía de ser una de esas rocas madre, o estaba más abajo aún]


Últimamente me voy a dormir con varias preguntas encima. Quiero consultárselas a mi oráculo de Delfos doméstico y barato, la almohada. Y tarde o temprano voy a parar a esos océanos del inconsciente colectivo, trabo conversación con desconocidos interesantes, levito en parajes con colores y música abstractos y suelo despertarme muy desorientada, sin saber qué cara tengo o cuál es el color de mis ojos. La visión del espejo matutino me despierta carcajadas. Mi traje humano está aún muy bien planchado, tiene pocas arrugas. Le queda bastante trote.

Hace unos días soñé que era una piedra enorme y compacta sepultada por varias toneladas de tierra. Cualquiera diría que podía ser una pesadilla, ¿no? Pues la verdad es que tenía una sensación de bienestar y felicidad indescriptibles. La temperatura era la adecuada y me sentía completamente conectada con el murmullo de la madre tierra.

¿Tengo un tumor en la cabeza?¿Cuáles son los límites de la cordura?