lunes, 31 de marzo de 2008

Océano sin sentido y mierda tóxica











Presente nuclear en un océano sin sentido y mierda tóxica que nos ahoga...

Calles mal pavimentadas, cuestas imposibles, bloques amontonados sin ningún plan urbanístico y rincones secretos para que cuatro privilegiados escriban sobre sus muros un poema visual de mayor envergadura que los jueguecitos estúpidos de ese tropel de imitadores de Brossa.

Gracias, tientaparedes, por descubrirme estos parajes. Un oasis azul para suspirar entre el agrietado pavimento.
Vivir en el suburbio te convierte en un cazador furtivo de belleza.

viernes, 28 de marzo de 2008

Butacón de hospital


Casi cada noche desciendo a los infiernos, y a la larga, como todo lo cotidiano, el infierno se convierte en un lugar entrañable.


La unidad 4 de oncología es un bar sin duda terrible. Camareras sirven puntuales sus copas de suero. Dosis de tranquilidad, capaces de sedar a un caballo. Morfina. Incluso suena la radio, que distrae el miedo a la muerte y la viste de carnaval.


A partir de las diez de la noche, somos cuatro gatos siniestros y melancólicos los que merodeamos por ahi y velamos por nuestros familiares. Te cruzas con otros narcotizados por el dolor y todo es tan natural y fluido que piensas "ésta es sin duda una lección de alta filosofía". Y normalmente hay mucha cordialidad y buen humor.


En la sala de espera hay un buzón de últimas voluntades, casi siempre girado y vacío.


Pero el mar está demasiado cerca. Me promete un final feliz, un éxtasis cromático al amanecer. (Evoco el Libro de Job.)


Ayes dantescos, lágrimas rutinarias, rostros destrozados por el insomnio.


Pero también, están esos héroes que han atravesado el fuego, los que se han trascendido. Han determinado que el espacio y el tiempo no existen, que no sabemos nada del más allá y por tanto no merece la pena preocuparse. Viven auténticas experiencias de amor. Son extremadamente libres, porque no les coartan los valores arbitrarios de la sociedad capitalista. Momentos de ¡aquí y ahora! frente a los suyos. Mística pura.


Así hemos pasado la noche mi madre y yo. Ilusionándonos en proyectos vitales. Ella me pedía que le construyese un reloj de pared con una guitarra de juguete y yo le preguntaba sobre la alquimia de las papillas de bebé. Le pongo vaselina en los labios para que no se le agrieten, y le hago un pequeño masaje hidratante en las piernas y la espalda mientras me imagino que entra toda la energía del universo en mi cabeza y que se la transmito con las manos.


Cuando está profundamente dormida, camino por los pasillos hacia la máquina de café y recito en voz alta.

Esta noche llevaba un fajo de poemas para memorizar (imposible dormir en el butacón de una sala de hospital), buena calderilla para las máquinas de café (allí eres pobre con un manojo de billetes: te puedes volver loco buscando cambio) y un pitillo de rigor nocturno. Llevo ropa cómoda, como de aventura o campamento, una sonrisa internacional y la locura de vivir en un globo propio y desenfrenado, que me viste de sus mejores galas.
Y pienso, quién sabe, hay quienes sólo pueden ser felices después de haber bajado al infierno a buscar lo que más querían.

jueves, 27 de marzo de 2008

Joker


Creo que un arlequín se ha metido
dentro de mi bote de perfume.

Me pulverizo con él por las mañanas,
que es como
la armadura de un héroe anónimo,
hachís envasado al vacío
anarquía de pica y malabar
librería de viejo
stradivarius eléctrico
William Blake al contado
un milagro de bolsillo
el comodín poético

A mediodía, los otros se acercan y me olfatean.
(Huelo a calle, humo azul y mes de marzo.)

Tengo un póker de ases bajo la lengua.
Y una escalera de amor en las muñecas.

martes, 25 de marzo de 2008

Amanece, que no es poco


[Cuadro: El amanecer patológico, by Maga Despistada]

Pero es cierto. Ese sol inmenso reflejado en el gimnástico y espectacular mar Mediterráneo, cuna-balancín de civilizaciones, me saluda hoy con su mano izquierda y un clavel en la solapa.


El sol tiene sonrisa de mafioso.


Mi mamá ha dormido como un tronco, le ha bajado la fiebre, no ha tenido hemorragias. Una pequeña victoria cuando se sabe que ahora es imposible vivir de otro modo. Ha llegado al martes. Hace unos días lo dudábamos.


Esta noche he conocido a un par de locos de psicólogo (que no de psiquiatra), de esos que blablean y blablean y no escuchan. Tampoco he insistido demasiado en hablar y me he conformado con ser una oreja. A mí me hace gracia. Estos encuentros desapegados dan cotidianidad a cualquier martillazo metafísico.


El primero era un tipo que venía de urgencias. Se había jodido un pie tras quedarse tirado en una autopista y caminar quince kilómetros en busca de ayuda. Me ha visto fumándome un pitillo en la puerta del Hospital del Mar, sentada poéticamente en un banco. Já, y entonces, claro...


- Qué noche más bonita. -me ha dicho.


Le he visto en los ojos que se aburría soberanamente, unas ganas inaguantables de hablar.


- Según se mire.- le he respondido.


Le he sonreído e inmediatamente ya estaba sentado a mi lado en el banco contándome la vida. Ha empezado preguntándome si había ido a alguna subasta de pescado y ha terminado explicándome que tenía cuatro hijos, todos casados con braguetazo, y que su madre había muerto de cáncer, que estuvo a punto de cargársela con su escopeta de caza para que no sufriera.

Pero, como comprenderéis, en cuanto el tipo se ha ausentado para pedir más tabaco por ahi, yo me he escaqueado y he vuelto al incómodo butacón de hospital, a cantar canciones con el pensamiento y a recordar cosas bonitas, mientras escuchaba con alivio a mi madre roncar.


Horas después, me he topado con una cubana, hasta el coño de su suegra, que estaba enferma de algo poco relevante y no paraba de darle la brasa. Tampoco me ha dejado abrir la boca, mientras se desahogaba, me decía que llevaba días sin dormir una mierda y que su marido curraba pero que al menos cobraba pasta, cosa que a ella no le pasaba. Se ha quedado a gusto. Y mi oreja a rebosar.


El primer rayo de sol, y mi madre, como una bella durmiente, ha despertado.


- Qué bien, he pasado esta noche.
La mañana está bañada de oro y, por eso, apuro unas horas todavía y decido dormir por la tarde.

Hoy me pintaré unos zapatos viejos con betún negro, spray y purpurina azul (escribiré sobre ellos: "caminante, no hay camino" -zapato izquierdo-, "...se hace camino al andar" -zapato derecho-). Y me gastaré la pasta en ropa interior de buena calidad. Dado que mi alma está en decadencia, al menos, que algo de mi "interior" -materialismo irónico- luzca bien.

PD: La vida explicada así, según la propia experiencia, siempre tiene el aspecto de mala literatura. ;)

lunes, 24 de marzo de 2008

Una temporada en el infierno



[El Infierno de El Bosco]

No, no es el libro de Rimbaud. Es la propia vida. Ayer salí de aquella habitación de Hospital, más maldita que nunca. Me senté frente al mar y me fumé un cigarro mientras se descongelaba el hielo del alma.




Me sentí sola y desnuda.





La justicia cósmica, en todo caso, no entiende de madres y padres. La enfermedad es arbitraria y la sociedad está articulada en torno a valores vacuos y frívolos.




La próxima vez que me hablen de curro o de dinero me reiré a carcajada limpia. Hay un momento en el que la felicidad es simplemente ausencia de dolor.





Presente, ergo presente.





Tienes el alma destrozada y encima el gilipollas de turno te tira los trastos. Qué ceguera.



Cuántos pensamientos van destinados a "molar" socialmente. Cuánto vínculo irreal, sólo cimentado en el miedo o la inseguridad.


Paseé hasta la saciedad, antes de volver a casa, con siempre una reserva de lágrimas para el hombro de mi cómplice.



El insomnio nos rebana la conciencia. Ayer veía de color azul florescente y no iba tripada.




Las noches de Hospital son demasiado dantescas. Escuchas los alaridos de los enfermos de cáncer, las enfermeras acuden con la frivolidad y desgana de la rutina laboral. Como en una guerra, te conformas con sobrevivir.



Ves a gente que no conoces de nada llorando a lágrima viva. Das abrazos a desconocidos y palabras de ánimo mientras notas cómo tu alma se pudre en el absurdo. Y luego te sientes mal por no creer en dios del todo, por pensar por qué diablos nos dio esta vida mortal si nos creemos inmortales, por qué nos desvivimos en sueños e ilusiones si después vendrá la nada a devorarnos los genitales.



Vaya, observo a mi madre y pienso en mis rituales paganos al sol y a la luna. ¿La curarán ellos, cuando la medicina la ha deshauciado?


La luna es una traidora: ni siquiera es suya su luz. Siempre me llamé lunática y ahora reniego de ella y la llamo puta y magnética.



El sol, quizá, sea la única esperanza.



("Sol y cariño", decía un viejo amigo.)



Pero todo pasará. Tras estas vacaciones en el infierno, tal vez apetezca un poco de paraíso, ni que sea artificial.


jueves, 20 de marzo de 2008

Reiki



El cuerpo tiene flores que reciben el agua de la lluvia. Mi mamá tiene un cáncer y está en el Hospital del Mar. Esta noche la he pasado con ella. Le he dicho que vienen luciérnagas de todas partes del mundo, para llenarla de amor y curarla. Que se cargan las células malas. Enviadle vuestra luciérnaga y verá crecer un poco más a Sàgar. Yo os envío mi pequeño farolito, para que os ilumine en la oscuridad cuando lo necesitéis.

domingo, 16 de marzo de 2008

La noche perfecta





Puedo imaginar esa noche perfecta.


Atarse las botas con cordones, vestir la chupa de cuero rojo. La conciencia limpia para llenarla de pecados, colmillos rezumantes de sorpresa y, al cruzar la puerta, el mundo abrazándote desde lo negro, con promesa de delirio imaginante.
Proscripción en la mandíbula.


Vértigo ante lo desconocido y desfiladero de almas nocturnas.


Llevar la nada en el bolsillo. Sólo baile en la piel. Arte y magia y calor y fiesta. Una sonrisa por saludo y cabellos azules de loca extraterrestre. Trascender y matar con la mirada. Ser elocuente en silencio. Sensual en la derrota de las horas.


Licor de oro en plena carambola de pupilas.


Y, entonces, el destello.



Esos ojos, contigo. (Y las botas con cordones, la chupa de cuero rojo. ) Hasta que te desnudan en la penumbra.
Y te diluyes y no sabes dónde ni cómo despertarás mañana.

sábado, 15 de marzo de 2008

Homenaje a Chema Madoz


Psí, Aurora, ya puedes venir a recoger los pendientes de Chema Madoz, los fabriqué para ti. Por cierto, que en la foto luzco el nuevo corte pelo. Ayer me lo pinté de azul con un spray de Carnaval, porque quería el color de los ojos de Sàgar. Tiene una mamá payasa, con demasiada influencia punky.

Rescate



Venimos con alas de cartulina y algodón enganchado,
te amamos porque eres incondicionalmente otro loco,
y alguna vez adiviné un deseo confuso en tu ceño fruncido.

En fin, hemos venido para contarte cuentos en la piel
(en forma de bofetadas o mordiscos o sorpresas x),
para reírnos como ardillas
(sin más meta que una compañía sin grasa),
como alientos extraños y forasteros
que cantan nanas a la tierra de tus macetas.

De este modo te removemos los tríceps,
mientras sujetas estas hojas de supurante amistad

insensata.

miércoles, 12 de marzo de 2008

Creencias de deshollinador


Me tiemblan los zapatos.
Soy un loco caimán sobre un tejado alemán:
pertenezco a la raza de los deshollinadores.

El hombre despistado
necesita hacer un crucigrama con sus piernas.
(Dirán que soy suicida por rebanar el ocaso
con mi sombrero de copa. )

Y así nos encontramos, con abortos de ideas,
con hipotéticos esbozos de algo que podría ser
si no nos hubieran crucificado en aquel hogar
sin fuego.

Y las chimeneas siguen siendo
ranuras para el cielo y los ladrones.

Currículum


[Foto: Mujer escribiendo con bebo en brazos]
Cuando sea mayor quiero ser arlequín.
Es una profesión que ya no existe
(y me gusta pedir peras a los olmos,
y serpientes a los manzanos.)

Llevaré minifaldas para que me ladren los perros.
Me pintaré los ojos como una fulana.
Detrás de cada esquina habrá un cometa.
La hipocondría será de amor y palomitas.

Jamás seré una escritora cotizada,
y eso me da la libertad de ser escandalosa
porque como el Don Nadie, la Doña Nada
será barrida por la escoba mayúscula.

domingo, 9 de marzo de 2008

Raro

Tus neuronas se despegarán.
Se romperán las telarañas del cerebro.
Caerás por el abismo de la nada.
Mira esa vida:
ese curro alienante,
tantas horas meditando quién eres.
Tú también morirás.

La conciencia sólo es un puente
entre el pasado y el futuro,
y el presente resbala
como los peces naranjas de las ferias.

Captúralo ahora. Ama.
No llores nunca.

A veces viajas en ascensor
y te miras al espejo
y te miras en los cristales de los coches aparcados
y te miras en el reflejo de los escaparates.

Te extraña continuar
atrapada entre las formas.


...virando en un torbellino sin eje,
...creyéndote esa mentira creíble

viernes, 7 de marzo de 2008

El buen arte salva la vida


Chema Madoz es un alquimista. Combina lo cotidiano de tal manera que uno puede mirar lo que hay sobre la mesa y revolucionarse. La felicidad, tal vez, está en esa capacidad de relacionar a con b y ver que ese vínculo funciona. Todo encaja a la perfección. Qué delirio.

miércoles, 5 de marzo de 2008

Muñecos de plastilina



Nadie puede imaginarse cuán degradante se ha tornado mi búsqueda:
paseo por las noches junto al contenedor de la basura;
a veces me encuentro gatos de porcelana blanca con las orejas rotas,
en ocasiones recojo carpetas con dibujos pornográficos
o tablas de madera para hacer cuadros encima.

Yo no soy ningún Picasso;
soy consciente de mi poco cuerpo y fama,
intuyo mi irresoluta insignificancia de arroz hervido;
me sorberán las olas del Mediterráneo;
soy sólo una imbécil testaruda,
soy sólo una creyente en montañas habladoras
y en microscopios que muestran bacterias animadas.

Si camino un rato, se me enganchan las bragas en el culo.

Yo no sé por qué tenemos nariz;
en todo cuanto miramos, insertamos ojos y boca.
Mirar al Otro sólo confirma
que somos muñecos de plastilina.