jueves, 13 de agosto de 2020

Los cuatro jinetes del Apocalipsis, visión táctil y la fantasía orgasmática del cyborg

Durante la primera racha de encuentros, vinieron 4 jinetes. 

***


Desperté con un audio tuyo donde narrabas de manera hiperrealista los encuentros eróticos. Eché de menos algunos detalles, pero igualmente el chi estaba lleno de sangre y me costaba recuperar el sentido del lenguaje. Me instaste a que continuara describiendo esos momentos estelares. Trinomios, trigonometría, sexo trino. Ronroneos, gruñidos, hunga-hunga, chuca-chuca, ¡grrrr! 

El neocórtex desaparece, pierdo el doctorado, me olvido de cómo nos llamamos, me despojo de la reputación, me vuelvo más inconscientemente cerda y, encima, desafiamos al status quo con algo que desbarata todas las ofrendas Disney. Más allá del LGTBI está el LGTBI+3.

Lo que provoca el latido de sangre se convierte en un estímulo relámpago irreflexivo, una imagen, un no sé qué, un tacto-olor. En ese momento, todo puede indicarme que me toque y me hurgue, que me dé un homenaje orgasmático matutino, mas me pides que contenga la energía para hacer la plastilina astral y escribir literatura erótica. ¡Alegría!

Ignoro por qué funcionamos de este modo, pero cuando me dices que contenga el chi para escribir, suena un tema de Ana Belén en mi cabeza, algo que retumbaba algún día en la radio cuando era niña por casa:


Presiento que me aguarda ya

el final del tiempo gris,

hoy he visto arder París

sobre el fuego de tu espalda.


Arde París, arde París

y en tu piel se quema el tiempo;

Arde París, arde París,

conmigo dentro. 


Observo cómo el mecanismo de la libido juega al escondite con los laberintos kitsch de la mente para noquearla y dejarla contra las cuerdas, en estado animalístico. 

¿Por qué dices que te interesa más lo que le pone a mi cuerpo que a mi mente?

Tengo un flashback de la doble penetración con el cuarto jinete. Todos los agujeros tapados, los poros respirando.

Pienso que aunque la parte instrumental de esa canción no me fascine, en la letra hay algo que me conecta con este momento límbico. París -la meca gloriosa de mi abuelo y mi madre- es un símbolo para mi ADN y la respiración de las mitocondrias de la piel... ¡Silencio! Estoy escuchando respirar la piel, en ella se quema el tiempo, el tiempo desaparece. 

***

Recuerdo ese momento. 

Tu piel está quemando el tiempo. Sis. La piel que se convierte en el apoteosis del contacto. La vela quema la piel, la piel quema el tiempo. Las pieles se tocan y estamos en el paraíso.

Recorro con la mano cyborg el brazo de terminator, con la lefa de la vela en la parte interior de las muñecas. Mientras toco, mi brazo transhumano percibe destellos de mitocondrias gimiendo, ARN replicándose, flores microcósmicas abriéndose dentro del campo florido del yo a micro escala. Mis caricias como una brisa de verano que peina los montes de trigo. De su piel, salto a la tuya, y viceversa. Como el mismo paisaje dentro de dos países distintos. Como la cordillera. Devotamente, no cuentan las horas, que pueden llorar gimiendo junto a nosotrxs como plañideras mientras os acaricio con mi nuevo brazo de la Fuerza, una visión táctil con función de microscopio y telescopio.

Vello erizado, vello erizado desde tu ombligo hacia abajo, desde su ombligo hacia abajo.

***

Siempre que me dices que escriba guarradas, regreso al marco teórico. Te lo puedes saltar. 

Había llegado el Apocalipsis a la ciudad y al fin estábamos en los aclamados años veinte. El mundo se estaba acabando y nosotrxs íbamos a mutar para la siguiente historia. Faltaban apenas unos días para que se regeneraran todas las células de nuestros cuerpos desde el día en que nos habíamos conocido (al final del verano de 2013, el día del cumpleaños de mi padre). A partir del 14 de septiembre de 2021 seríamos potencialmente otro ser con todas las células telepateadas desde la conciencia cyborg. 

No sé qué pensará quien nos lee acerca de esa leyenda urbana de los periodos de 7 años, pero resulta estimulante y narrativo que el ser que crees conocer tenga un montón de células nuevas con nuevas potencialidades ontológicas donde la mirada cuántica del Amadx ha interactuado provocando intracción y vinculantes antes desconocidas y rebosantes de posibilidades inauditas. El Cyborg se hace pajas con cada uno de sus poros mecánicos, le salen alas y oídos de la flor que nace en el centro de ellos respiran. 

Durante todos estos años, las células se habían vuelto rubias, morenas, barbudas, con bigote, sin bigote... habían desfilado por pasarelas hacia el acantilado del verdadero yo, el 2 con el que intentábamos cazar el 3 sin tener un bebé, sino trazando un parentesco. Como dice la Haraway, "hagamos parentescos, no bebés". 


***

1. LA AVENTURA DE LXS NUEVOS ÓRGANOS


Nos pone eso. Transmutarnos. Adquirir nuevos órganos. Así mi nabo de Bansky. Como la polla de Osiris, osiríada. Puedo jugar a quien quiera, si no tengo, lo invento y lo ritualizo y ya está, porque no hay separación, porque todo lo imaginable está aquí, al alcance de la mano. Eso me convierte en una TRANSMUTADORA transmutada, un trans que tripula más allá de la distinción de género, a través de las ESPECIES IMAGINADAS.  

El nabo de Bansky había jugado juguetonamente en el ano del chino. El chino había alquilado un coche y había recorrido kilómetros en tiempos de Covid para jugar conmigo a lxs maricas. Hicimos una película de aquella experiencia. Una película para la Sociedad Secreta de Cine, cada vez más guarra y librepensadora. Tú viste esa película, también, estabas dentro de los 5 elegidxs. Proyectamos tus imágenes bailando de fondo mientras hacía los honores y el chino se ponía el rabo con el que me penetraba, y luego yo le penetraba, como un órgano excedente, un rabo extra, un trío macabro con Bansky penetrator.

El nabo de Bansky te lo pusiste tú un día y me penetraste con él, me hiciste comerlo hasta la arcada y el lagrimeo. Ese día intentaste porcularme pero no pudiste porque el rabo negro, como dice el chino, es muy grande. Todo eso -lo del porculismo, quiero decir- quedó reservado para el memorable día de la experiencia del pasillo,  que generó la filia del pasillismo.

El tema es que cuando la Tortuga Ninja pidió que le comiéramos el rabo, nos reímos. Para nosotros, decíamos, "la genitalidad es como un complemento". Es cierto que todo eso nos lo pasamos por el forro después del tercer amante. Pero esa es otra historia, que merece ser contada en otro lugar.

Yo me puse el mío, su-tu-mi nabo negro, el de Osiris-Banksy. Eso le rompió los esquemas, porque el personaje de antes, con el traje rojo de rejilla y el aro technicolor, encajaba perfectamente en la label de tía cachonda hiperfeminizada y melena suelta comepollas. En cambio, el mismo ser con un rabo negro le retrotrajo al recuerdo de una travesti con la que se había enrollado y a quien prohibió quitarse los calzoncillos. Esa travesti, por cierto, y aunque no lo dijo, le había comido muy bien la polla. 

- Estaba muy buena, parecía una tía. 

Me tumbé a su lado y me puse a masturbarme el rabo negro, el pollazo gigante. Empecé por el glande, humedecí los dedos en n(v)estra saliva, me daba igual de qué boca procediera porque éramos tres conciencias testigo sobre mi nabo negro. Oh, sí, los movimientos circulares me dejaban los ojos en blanco, sentía un volcán en el abdomen, los músculos en tensión erigiendo una torre de carne en medio de mí, monolito edénico, portal interdimensional. Él me miraba la polla e inevitablemente pensaba que la suya es más pequeña. "Mejor caben las pequeñas por el culo"- telepatée.

Cuando ya no podía más de egoísmo fálico, acudiste, por suerte, a chupármela mientras me mirabas fijamente a los ojos con la cara de guarra virgen bendita más hereje que alberga mi recuerdo. Entre tus embestidas luego me miraste con cara de muy marica, y entonces supe que al fin me aceptaban en el grupo de los maricas. Eso me puso más, la certeza de haber cruzado la barrera de la incertidumbre identitaria, de hermafrodita pasé a marica, porque las tetas desaparecieron, solo existía su-tu-mi nabo negro-pollón que me tiraba desde el chakra de La Corona hacia el centro de la tierra y las raíces más remotas. 

Entonces, supe que nos amaba más profundamente a lxs tres. El juego continuó,  como bellamente explicas, con tu pecho incendiado y la piel quemándonos.


El chaval se quedó sin camiseta, nunca la hemos encontrado.


2. EL SÁTIRO Y EL HOMENAJE AL ABANICO


El segundo jinete, como bien dices, era un sátiro. Tenía unos gruesos muslos de ciclista, y nos quería comer con patatas todo el rato. Cuarentena sabia y respetuosa, gentil, trajo un buen vino, que después me bebí con July (en otro tiempo, y otro lugar) mientras los niños jugaban. Porque nos bebimos con él el vino del lobo disfrazado de Caperucita. Y porque, en realidad, siempre es hermoso que quede un souvenir del invitado, para posterior recreación del encuentro.


Su souvenir, como en el caso del Ninja, fueron unas imágenes. En ellas, aparecemos él y yo acariciándonos tiernamente, primero fingiéndonos ajenos a ti, que nos estás metiendo un repasón tal vez fantaseando con el deseo que dejamos incumplido, sí, ese deseo en el que yo y otro nos estamos magreando íntimamente como si no estuvieras para que puedas hacernos cosas a tu antojo. Eso seguramente te pone porque implica un grado de animalidad bastante grande, considerando que debería disociar el amor romántico que siento por ti (la muela del juicio emocional) y, en realidad, renunciar al neocórtex, cosa en la que me entreno más cada día. 


Así pues, mientras el Sátiro y yo sireneábamos en un mar de oxitocina pura, tú llegaste con hielo. Puta crack. Vi cómo le comías el pie al sátiro con un cubito de hielo en la boca y eso me llenó el coño de agua. Parecía un presentimiento de lo que pasaría después, porque al cabo de un rato lamiste y libaste de ese coño, isla en el mar de oxitocina. 


En realidad, también recuerdo cuando me acariciaste con las plumas que colecté de un árbol en una bella excursión. Con los objetos mágicos, juguetes del placer. Ay, y el abanico. 

Creo que constituyen las imágenes más hermosas que cometimos, aunque también me declaro devota de cuando aparece No Signal danzante random proyectado en la pared, sobre nuestros cuerpos desnudos, en un azul antipicasso. Un azul Júpiter eléctrico. 

Con el sátiro no necesité sacar el nabo, porque saqué el abanico.

El abanico, que escondía mi rostro sonrojado, voyeur de vuestros jugosos besos con lengua, besos dionisíacos, repletos de ardor. Luego me miráis y me abordáis cada uno por un lado, y así siento el triskel sexual, el infinito de nuestras pieles creando un solo manto unido, conectados por el volumen del almizcle.  

Mas tú sabes que toca un homenaje a Pilar, y hacemos corpusión con el abanico, a la vez que nos damos aire, algo muy placentero en estas cálidas noches estivales. 


3. EL EXPLORADOR HUMILDE


El tercer amante nos pareció ya muy gracioso en la terraza. Venía de Masquefa, nos contó que sus amigos estaban todo el día fumando porros y haciendo las mismas cosas, lo había dejado con su novia hacía pocos meses. A nosotrxs eso nos enterneció mucho. 

Vimos en él suma humildad y amabilidad. Tenía un rostro joven y bello, un cuerpo tranquilo. Cuando subimos arriba, empezamos el juego de La Ronda de deseos. A ti se te ocurrió el gran deseo de que te besáramos y acariciáramos de la cabeza a los pies, a la vez que interactuábamos entre nosotrxs. 

Lo hicimos con suma delicadeza y fue muy excitante. 

Tu deseo parecía muy buena idea, y él y yo lo repetimos. Al final, nos gustaba el efecto sandwich, es decir, tener a cada uno de los amantes a un lado, y estar en medio, notando brazos, piernas, miradas, besos y conciencias a rebosar, como creando una visión táctil 360. 

Nos arrebató que él accediera a ser dibujado por cera de vela. Él accedió y no opuso ninguna resistencia. A mí me daba un poco de respeto hacerlo. 

En un momento dado, te estuvimos acariciando mucho rato. Él me miraba intensamente, empalmado. Tú estabas en un globo sin formas, con los ojos cerrados. Justo en el momento en el que él estaba a punto de abalanzarse sobre mí, nos cogiste con fuerza y nos colocaste a cada uno a un lado, y entonces él y yo nos sonreímos y jugamos a soñarnos.

Él se despertó al cabo de un rato. El ruido de la ciudad le impedía dormir. Marchó antes del amanecer, sumamente agradecido de un encuentro tan amable y tierno. Sin genitalidad. 


4. LA TORRE EIFFEL

Para el cuarto jinete, dijimos que la genitalidad formaba parte también del cuerpo, aunque nos molestaba que monopolizara la coreografía amorosa. 

Con todo, y como tú y yo ya habíamos descubierto la conformidad kundalínica, decidimos no poner trabas ni censuras si la energía fluía hacia allí.


Él había acostado a sus dos hijos. Tenía una hermosa trenza en el pelo y besaba bastante bien. Estaba algo acomplejado con su bella barriga de osito tierno. 


No sé si por efecto de no querer censurar, fuimos directamente al rabo o qué. Fue el encuentro más breve de los cuatro. 


En un momento dado, jugamos a La Ronda de deseos. Él nos pidió que le besáramos el pecho a la vez. Le besamos con suma ternura y nos mirábamos a los ojos con cara de muy cerdas.

En otra ronda, obviamente, pidió algo relacionado con el nabo, y no le dijimos que no.

Eso nos llevó a una situación en la que, mientras me estabas porculando a cuatro patas, yo me metía su nabo hasta la garganta, toda entera, lagrimeando y haciendo una profunda meditación de la Tigresa Blanca, sintiendo cómo a la vez se estimulaba la glándula pineal y la base de la serpiente kundalínica. 

En ese momento y, sobre todo, mientras os besabais, creamos una toroide de energía muy parecida a la triqueta.







martes, 11 de agosto de 2020

La identidad de la coleccionista de secretos

Por la noche, desperté en medio del sofocante calor del agosto barcelonés. 

Mi energía vital estaba siendo absorbida por un gigante con cabeza de can que estaba justo en el centro de mi habitación. 

Me desnudé. Salí del cuarto. Fui a beber agua. Uncí el cuerpo con aceite de coco. Bailé un poco a oscuras. 

Regresé a la habitación en la que estaba el ser. Allí, en el centro, puse el ventilador. Poco a poco, volví a refrescarme. Me olvidé del ser.


¿Quién era ese ser cuya presencia me debilitaba?

Al principio, pensé si acaso mi inconsciente lo había invocado. Parecía uno de esos demonios que el ego llama en secreto. 

Recordé  a Lovecraft y a los demonios cara-perro. 

Después, dado que estaba meditando el concepto de la Justicia, pensé que quizá fuera Anubis, el dios de la Muerte, que a todos iguala en el despertar de este sueño. 


Sea como fuere, con este sueño del gigante con cabeza canina en mente voy a procurar describir quién soy. Una conciencia interpretada por el universo. 

lunes, 10 de agosto de 2020

Soneto al libertinaje

 Si te imagino jugando con otrxs

y en soledad nos preparo una fiesta,

¿Hoy la vida dura más que la siesta

en que las risas bebemos a sorbos?


Si no estás conmigo y estás con otrxs

hay poemas interdimensionales

donde organizo eventos comunales

a los que, felices, vendríais todxs.


Tengo la mente llena de hermosura,

me metiste tu alma en la ranura:

¡que levante la mano quien se aburra!


Mi gozo es eterno, siempre me dura

y si acaso albergas duda alguna

vente a casa, donde juego a ser muda. 



¿Cómo deseas vivir?

 En el sueño, había seres que me amaban. Me preguntaban con amabilidad cómo deseaba vivir.


¿Cómo deseo vivir?


Caricias, besos, masajes, voces bellas susurrantes de poesía espontánea. 

Movimiento danzante supraconsciente todo el rato. Vigor. Alegría. Naturaleza.

Atención prestada a lo que inspira, a lo que se elabora por los guardianes del amor. 


Familia.

Aprendizaje.

Gozo emocional. 

Juego desenfrenado y cómplice.

Sueños compartidos. Jugar a hacer los sueños realidad a través de la ficción: narrativa, performance, poesía, música, cine. 

domingo, 9 de agosto de 2020

La melancolía es besada por la alegría


Cogí el Kama Sutra e imagino en todos los dibujos un tercer ser integrante.  

Nostalgia del paraíso. 

Recreación de lo que vivimos en el presente inmediato, a través de la presencia. 

Cuidar el jardín, preparar el lecho, las lonas, las pantallas de cine, la música.

Cantar canciones de memoria. Cantar The rip de Portishead una y otra vez de memoria. 

Aguardar el momento de jugar otra vez, mientras la alegría despierta con un beso la nostalgia del paraíso. 

sábado, 8 de agosto de 2020

EL CUENTO DE LA INVITACIÓN (MEMORIAS DEL CORAZÓN)


En memoria del modelo relacional de lxs ancestrxs y de su deseo de amar y ser amadxs



Nunca puedo dejar de prestar atención cuando dice cualquier cosa mientras me clava esos dos bellos ojos heterocromáticos (lo único hetero que no nos chirría). 

- La experiencia vale más que un pdf. 

Efectivamente, amadx lectorx, si tienes alguna experiencia amorosa ahora mismo husmeándote los bajos, ve sin duelo corriendo hacia ella, y no pierdas el tiempo leyendo estas tristes memorias de una ya bastante Maga algo menos Despistada, reuniendo con suma humildad todas las pistas de su gran defecto y virtud dispersiva. 

Por el contrario, si permaneces conmigo, deja que podamos cogerte mi Amadx y yo de la mano, para que podamos saltar juntxs lxs 3 y sea de paso, soltar por un momento el sendero de la dualidad. Para que así nosotrxs podamos integrarte en el abrazo de la revolución telepática en la que dejamos de guerrear y nos convertimos en guardianas del amor.  

Este texto disperso funciona como una meditación poética sobre recuerdos emocionales, los que parten del corazón.

Por supuesto que parece un libro lleno de secretos y honestidad para tejer la genuina narrativa en la que una se atreve ser más allá de la necesidad de aprobación. 

Quizá algunos párrafos constituyan un escándalo para tu sistema de creencias. No pasa nada, la ficción tiene permiso para crear arte y entretenimiento con todos los tabúes.

Por otro lado, siempre amé desentrañar y estudiar los tabúes. 

Mientras escribo estas palabras, me doy golpecitos en la glándula del timo como Tarzán.  

Estas palabras solo tienen el objetivo de desentrañar la "verdad mentirosa" o ficción a través de la experiencia, del recuerdo de ella. 

La experiencia, hilvanada, crea una narrativa personal, de la que se extrae una esencia arquetípica, un mensaje.

¿Quién soy?
¿Quiénes somos?



DE DONDE VENIMOS

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Se habían enfadado otra vez. 
El abuelo estaba en la terraza, y la abuela adentro, en la casa, oliendo los óleos de la cocina y los óleos de los cojones del abuelo, que olían a almizcle de gato mezclado con sudor de baile y desenfreno.

Ella pasaba todo el día soñando cómo el abuelo se la follaba y la preñaba, dado que era primeriza, y en esa época molaba la fertilidad. 

***


Recuerdo las conversaciones que tuvimos mi madre y yo antes de que naciera mi hermana Zaza. Mi hermana nació el 10 de diciembre de 1987. 

Una vez, mientras mi madre y yo mirábamos una estrella fugaz, me dijo:

- Cuando miras una estrella fugaz, puedes pedir un deseo. 

Tenía menos de cinco años. Yo en ese momento deseé amar y ser amada. 


Mi madre me explicó que ella había conseguido el amor de mi padre porque se lo había pedido a una estrella fugaz. Me explicó que estaba muy enamorada de mi padre, y que era feliz aunque él a veces la tratara con poca amabilidad. 

Ella me dijo que era feliz porque amaba su presencia y porque había tenido cuatro hijos con él. Y que esos cuatro hijos éramos nosotros: el Toni, el Nico, la Zaza y yo. 


***


Había una vez, una niña que miró una Estrella Fugaz y que deseó Amar y ser Amada. 

Así lo había hecho su madre con su padre. 

Los años pasaron. Jugó a amar. 

La primera vez que amó, fue en la imaginación. Allí había alguien que venía a visitarla todas las noches en sueños. 

En el primer sueño, ella estaba en una especie de palacio exótico, lleno de cojines, camas, frutas, elixires, perfumes, arte y diversos instrumentos para el gozo y el placer. 

Sonaba una música maravillosa. Los cuerpos se entrelazaban y eran de todos los colores. Nunca sabías el brazo de quién estabas tocando, ni la pierna. 

Entonces, entraba una sirvienta con una bandeja de plata en las manos.



***
Allí vi su cabeza. La de él. La del Amado. 

- Alma es una palabra árabe. - decía la sirvienta. 

Yo sentía rabia, porque era él a quien más amaba, y no había querido venir conmigo. 

- ¡Tonto, tonto, tonto! ¿Por qué te mataste por amor? ¿Y ahora quién me rondará a jugar?

La orgía, por suerte, no se paró. Pero ya desde entonces, empecé a esperarle en los siguientes sueños. 

***


En el siguiente sueño, estábamos en el terrado de casa, que era el Mundo de Arriba. Allí me iba sola a delirar, a cantar, a escribir poesía, a tocar la flauta. Había pasado tanto tiempo sola en la infancia, que necesitaba un espacio de 5 años de vida para recordar cómo mi madre me enseñó su arte y el poder del artista. 

***

Doy gracias, porque amo y he amado tanto. 

Amo al recordar con emoción cómo fue el siguiente sueño. Mientras yo estaba sola delirando en el tejado, alguien me venía a visitar. Venía volando. Tenía poderes para volar. Nos enamorábamos inmediatamente, y nos jurábamos jugar mil y un juegos de amor. 


***

Ahora os preguntaréis cómo una niña de menos de cinco años puede soñar con una orgía. 
Así fue, doy gracias a Mnemosina por haberme dotado de esta gran memoria emocional. 

***

Miró la estrella fugaz. Se puso la mano en el pecho. Pensó:
- Amar. Ser amada. 

***

Como había dicho mi madre, efectivamente las estrellas fugaces funcionan. Como me había explicado mi abuela Esperanza, también, funcionan los ángeles de la guarda y todo lo que toca la fe. 

La fe funciona como herramienta narrativa. 




***

Entró en una sala oscura, iluminada por una vela. Allí adentro solo había mujeres. Era ella la más joven. 

- ¿Cuántos años tienes?
- Quince. 
- Está bien. Siéntate. Cierra los ojos. Pon la mano en el corazón. Intenta seguir sus latidos. Ahora mira las velas. Intenta escuchar sus latidos sin tocártelo con las manos. 

Ese viejo truco ayuda a escribir mejor. De ese modo, puedo canalizar todo lo que me revela la llave de su cerradura. Ese corazón blindado que ha recorrido selvas y prados, vergeles llenos de luz, flores, árboles. 

***

Entró en un piso de cerca de Plaça Universitat.
- ¿Cuántos años tienes?
- Dieciocho. 

Se quitó los zapatos. A mano derecha había una puerta. Se asomó. Vio a una señora pintando.
- Estoy dibujando hadas. Las veo. 

Ella miró el cuadro. 
***

El pasillo blanco por el que siempre había pasado corriendo. El medio del pasillo, allí es donde te agarra el monstruo que da más miedo y más placer. De espaldas, como cuando Eros sodomizaba a Psique. En realidad, después jugaban con la cera de las velas. 
***

En medio de una orgía, vimos a un chico con una galaxia tatuada en la espalda. Nos dimos un beso a 3. 

***

Yo tenía otro novio, y me dio un beso.

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Fue en el pueblo de mi padre. Después de haber hecho el primer ritual a Hécate. 

Después de haber estado en aquella casa, en aquella fiesta, con aquella gente, observando cómo mis mejores amigas mayores perdían la virginidad, ya me sentía segura para mi primer rollo. 

Yo tenía 13, él 19. Era muy alto, rubio, tenía los ojos azules. Era muy simpático y guapo. Fue como un túnel muy mojado. Noté brazos de pulpo. 

***
Cuando venían mis primas a casa de mi abuela. Mi hermana y yo vivíamos festivales de imaginación interminable con ellas. Nos mojábamos en bragas con la manguera en el terrado. Jugábamos a putas y clientes. Nos espiaban vecinos de otras terrazas. El señor de abajo venía a picar a mi abuela. Una vez, mi hermana, que aún no sabía escribir, nos pidió que escribiéramos "Puta" a una señora que estaba abajo tomando apaciblemente el sol. Nos parecía super morboso hacerlo. 

Eran juegos instintivos e irracionales, el sexo nos interesaba mucho. 
Recuerdo plenamente que lxs niñxs experimentan la sexualidad de una manera juguetona, infinita y pansenxual. 

***
El triángulo amoroso de "La Mosca" de Cronenberg. Él la envía a una convención científica para que escriba un artículo. Ella se va con el científico más friki. El friki tiene una cabina de teletransporte que no funciona aún con la carne. Él y ella exploran juntxs la carne. El ex periodista se pone celoso. Ella aún tiene "residuos de la vida anterior". Finalmente, acaba preñada de un mutante que acaba asesinando de un disparo, mientras está el ex retorciéndose de dolor con un muñón. 

Eso veo con mi hijo de 12 años, en vez del Rey León. Tenemos una conversación filosófica sobre el cine y la realidad. 
***

Mi colegx, perdidx otra vez en el paraíso, que me canaliza en la distancia las cosquillas del corazón. 

***
Criar en tribu. Salir en quinteto con tensión creativo-sexual. 
Recorrer la montaña en crianza gozoso-pedagógica. 


***
Un jardín expandido, perla de oasis. 

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Intraccionar a la niña mientras contemplo los ojos del Amadx que susurra amor y propuesta de juegos. 
Que llegue otrx Amadx, que se multiplique por todas partes como moléculas del SerCooperativo.

***

La verdad-mentirosa tiene que ver con lo que haces sin buscar la aprobación de lxs demás. Cuando sigues la voz del corazón. 

***

Él lloró. Había otra vez cines. 
Lxs dxs nos dormimos durante la película. 
En una parte, la mujer misteriosa hablaba de jugar al lilah, y que la moral no juega. 

***

Llegamos al pueblo. Huele a la tierra de la que siempre habla mi padre. Huele a higuera, a almendro, a olivo milenario, huele a santidad, huele a Flor de San Pedro. 

Me pongo una falda larga azul, siento el viento en la cara.
Me siento a leer al lado de un muro. A lo lejos, ellos están jugando a fútbol. 
Leo un libro de poesía. 

***
Viene corriendo. Viene en bicicleta. Pregunta a lxs niños chicos donde estoy. Pregunta a los zagales a dónde estoy.

***

- Te quiero y quiero besarte.

Aún tengo las babas de mi primer beso. Me estoy entrenando para cuando vaya a besarle, pero no puedo hacerlo. Me quedo paralizada. No lo llega a hacer. 

Me pregunto qué sucede en otra línea de tiempo, cuando nos besamos.
En esa línea de tiempo, él no muere de un accidente a los 20.
***

Un hospital,  de la Esperanza, paliativos, mi madre, moribunda.
- Me quiero morir.

La enfermera llora conmigo.
- Yo también sedé a mi madre.

La sedamos.

Voy al lavabo, veo mi primera cana en el espejo. Al día siguiente, mi madre entra en coma. 

Dice mi hermano que murió en brazos de mi padre. Dijo mi padre que había muerto en sus brazos. 

***

En el Hospital, mi padre. 
- Quiero morir. 

Hablo con la enfermera. Viene una médico.

- Le he puesto un sedante de caballo. Ahora piensa en rozarle la mano. Voy a bajar las persianas. Susúrrale. 

Se va. 
Me pongo a cantar. Noto que su espíritu se mete por mi brazo. Luego respira más relajado, bajo abajo a fumar un cigarrillo.

Cuando regreso, ya ha muerto. 
***

Un parto. 
Sàgar. 
Gracias, Marçal. 

***
Júlia amamantando a Ágata.
- La mare que et va parir, la mare que no et va parir!

Mona le mira a los ojos, repleta de amor.

***

Viene por detrás. Me besa en el cuello. Se eriza la piel. 

Viene por delante. La mirada fija, se acerca cada vez más. Me besa y sonríe y juega. 
***


Llega después del camino De Santiago. Por el camino, ha explicado que July y yo somos dos magas. Ella, una maga céltica. Yo, una maga mediterránea. Me complace el adjetivo "mediterránea". 

Comemos y bailamos lxs tres. Cometemos imágenes. Le acompañamos a la estación de autobuses. 



 A DÓNDE VAMOS

La cera de vela babea el brazo, solidifica, toma forma de nubes que interpretamos. Con el brazo cyborg blanco remedo de ala, jugamos a acariciar nuestras almas a través de los cuerpos. 

Amamos la presencia de lxs otrxs. Hasta formar un solo organismo que coopera en el reino amable. 

***

Espero apoyada en un muro, de las ruinas de un antiguo templo Lemur. Allí nos hemos citado. Ellos llegan antes de llegar. Mientras les espero, telepateamos con música, poesía, sueños y promesas de nuevos juegos. 

***

Nos hemos fabricado cuerpos con terceros y quintos ojos. Hay todas las gracias del ojo del culo, que mira adentro de los pollazos. 


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Te veo chupársela con todo el rabo dentro de la boca, de medio lado, como enseñaban las geishas. 

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Autoesculpirse. Autopoiesis. Intracción escarbando en los cristales, resucitando verdades prismáticas que llenan de magia a la ficción. 

***
Un día, jugamos a crear un Kama Sutra de 3. Geometría Sagrada en los encuentros. Imágenes, arte contemporáneo, cine. 

***
Convierto mi hogar en el paraíso. Allí nos reunimos para amar, ser amables, con discreción respetuosa e inspiradora para todos los vecinos voyeurs, que siguen con deleite nuestra música de co-nerding y escuchan con placer nuestros gemidos de embestida por sorpresa. 

***
Creamos en cada momento un checking sexoafectivo. ¿Te apetece que te acaricie?¿Te apetece un masaje? ¿Te apetece empezar desde la calma y fluir hasta donde surja?

***