jueves, 26 de noviembre de 2009

Quebrantaversos- Del alcohol y otros demonios


Texto de Marçal Font/ Flyer del susodicho y Adrián Pelegrín (cuando lo he visto me he estado riendo cinco minutos seguidos, con dolorcillo de abdomen)

"De Abu Nuwas a Rimbaud, de los misterios de Eleusis a Albert Pla, del Gilgamesh a Camilo José Cela, el ser humano ha cantado, para bien o para mal, a aquellas extrañas sustancias que, sin curar enfermedades evidentes, abrieron y cerraron tantas puertas.
Como véis, un tema tan antiguo como el amor, la guerra o la muerte pese a lo actual del cartel que se os adjunta. Quién sabe qué llevaba aquella famosa manzana...

Recordad que ésta no es una llamada a la apología ni a la censura, eso es cosa de políticos. Como siempre, ésta es una llamada a la poesía.
Que el contrapunto de voces sea siempre nuestra bandera.

También os anuncio la reciente creación del blog de estas sesiones, que será rediseñado en breve pero que de momento ya cuenta con fotos del último recital que se hizo y con los carteles de los anteriores. El jueves que viene la cámara empezará a rodar y subiremos vídeos de quienes participen y así lo quieran."

Aquí el link: http://quebrantaversos.blogspot.com/

sábado, 21 de noviembre de 2009

Imágenes de un Quebrantaversos
















Este es el entrañable reportaje fotográfico del pasado recital en el Brossanova, por Adrián Pelegrín e Yvonne Velázquez. Mi reino por la sonrisa y lo a gustito que estuvimos ;)

Libropesía y otras adicciones



Libropesía y otras adicciones es un florilegio de textos que versan sobre la obsesión libruna: la guirnalda de bienvenida de una editorial emergente, Libros del Silencio. El puchero lo hemos cocinado Marçal Font, Júlia Ibarz y la menda; Alberto Manguel ha escrito un prólogo. A los albañiles del libro, nos adivinaréis en las solapas. El título es ocurrencia de Quevedo. No diré más. Nunca fui buena con el marketing. Pero dentro hay textos maravillosos de la literatura universal que hemos seleccionado - y traducido- con mucho amor. A todos los lectores enfermos de ficción:


Contra el ignorante que compraba muchos libros · Luciano de Samosata Traducción de Manuela García Valdés
La fuente del potrillo [Diálogo VIII de los Diálogos Amenos] · M. Niccolò Franco Traducción de Marçal Font Espí
Dos sonetos · Francisco de Quevedo Villegas
Bibliomanía · Gustave Flaubert Traducción de María Hernández
La biblioteca universal · Kurd Laßwitz Traducción de Júlia Ibarz
Bibliotecas vivas · Leopoldo Lugones
¿Cómo hay que leer un libro? · Virginia Woolf Traducción de Andrés Bosch

lunes, 16 de noviembre de 2009

Oren, ¡id!


Desde el tanto tienes tanto vales, no mirarás al yonki en los portales. Sostendrás el guiño a la pirámide en el dólar. En el lodo de la pasta se te estropeará el sónar para navegar sobre los océanos del mundo. Destruiste la libertad en el segundo en que metiste la VISA en un cajero,
buscando el podrido asesino atroz dinero. Papelajos arrugados del bolsillo: la maldición del Rey Midas y el Señor de los Anillos, encorbatados cochinillos con viagra en las billeteras: las almas de bajo coste siempre serán forasteras.

Quiero el cielo abierto en la noche de un concierto gratis, allí puedo encontrar la voluptuosidad de salir de matrix, hechizada por la creatividad de cuatro gatos sin un chavo que inventaron un paraíso en un infierno de segunda mano, boddhisatvas que garabatearon su canción en un cuaderno y se quedaron en la puta gloria de escribir la historia de los que no fueron esclavos del trabajo y el miedo al váyase al carajo porque, si no me falla la memoria, el dinero es, siempre será, pura escoria.

No consumas más. Ama, recicla y cuando revientes las botas, vete al zapatero.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Cómo se halla un tesoro

Los hallazgos literarios suceden por azar, aunque a veces la fe en su existencia es importante para verlos. Uno debe estar un poco más atento o concentrado de lo normal, en un estado contemplativo, para que las imponentes señales del exterior no pasen desapercibidas. Mientras uno fluye en la búsqueda, siente la emoción de imaginarse el tesoro y, si lo hace con terquedad, el diamante saltará de la piedra antes de lo esperado. A pesar de todo, nuestro cerebro está a oscuras. Vemos por dos ridículos orificios. La imaginación debe completar la información que nos llega tan atenuada a través de los sentidos.

Micro abiertísimo el jueves que viene

jueves, 12 de noviembre de 2009

Visión durante una plácida tarde libre y té con miel y bolas de cuarzo en el escritorio

Llegará un día en el que se darán clases de creatividad en las escuelas, los institutos y las universidades. Los artistas no dirán que el arte no se puede aprender en ninguna parte, ni estarán temerosos de que nadie les pise la fama. No importará en absoluto el nombre que firma una novela. La sociedad hará obras de arte colectivo, al igual que se pavimentan las aceras sin la rúbrica de Picasso en el bordillo. Un arte anónimo y necesario como el pan de cada día inundará nuestro modo de vivir. El capitalismo cederá ante los ensueños místicos de la religión del poeta que predicó Tagore. Se vivirá una economía del don. Desaparecerá al fin el ego de los artistas y se creará un acelerador de pensamientos, como ya existe el acelerador de partículas casero, y no habrá trepas ni impostores porque... claro, porque no hay nada fundamental que nos diferencie a ti y a mí que moriremos, algún día, por apoptosis.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Sensación de algodón


- ¿Laho, moco tasés?
- Enbi, ¿y tú?
- Enbi entambi.

Ése era nuestro código de niñas traviesas, cuando jurábamos a la intemperie de Mowglis salvajes que jamás nadie pianiaría nuestras médulas, que seríamos valkirias seguras de sus planetas fanáticos. Pero, ¿qué falló, mi querida perdida? Un deshollinador de Blake nos llevó por los tejados más altos del mundo, y entonces deseamos fundirnos con la constelación de Orión.