sábado, 4 de julio de 2009

Amor y cicatrices

Es difícil saber cómo se entra. No sé si uno decide hacerlo. Simplemente, sucede.
Se abren las compuertas. Bienvenido al Dolor. Espléndida ciudad de vacaciones. El cuerpo está cansado por dentro. Es joven por fuera, aunque. Cuesta dar un paso. Cuesta la sonrisa. Cuesta como si no existiera el nudo. Esa espada de Damocles sobre la cabeza.

Una serie de acontecimientos atentan contra la integridad. Esta vez es demasiado. Imposible no caer abatido. Tú también morirás. Morirá todo lo que adoras en este mundo.

Parece que los viejos están acostumbrados a que todo cese. Ellos ya son huérfanos, viudos, desertores, jubilados, enfermos. Un día, me senté con ellos en los bancos a tomar el sol.

- Volverás a ilusionarte, y se enamorarán de ti, porque eres joven.

- Pero habrá la cicatriz.

- También se enamorarán de la cicatriz.

- Sufrirán por la cicatriz. La cicatriz frenará la risa y los pasos de baile.

- Bienvenido al Dolor. Ibas a comerte el mundo y ahora sólo lo soportas.

8 comentarios:

Pedro dijo...

La felicidad es el estado inherente del ser. Uno nace feliz por defecto y la tristeza es un acto de rebeldía del espíritu indomable.

De la misma manera, la salud es el estado nato del cuerpo. El dolor es una anomalía biólogica, poco más que un grito de impotencia del cerebro ante una lesión.

Aunque tú no lo veas, aunque tú no lo quieras, aunque tú no seas tú, ambas partes de ti luchan por regenerarse y corregir los desperfectos que la Existencia nos ocasiona. Curarse, a menudo, consiste simplemente en dar un paso atrás y regresar al estado original. Igualmente, dañarse suele ser fruto de un paso en una dirección errónea en este mundo nuestro sin mapas ni cruces del tesoro.

Por eso los intrépidos se dañan: por trazar nuevos caminos.

Estaré aún un par de semanas antes de irme. Ruego me permitas semerte útil.

nickmazziu dijo...

Como a la Teniente O'Neill le decían: "el dolor es lo que te indica que estás vivo.". Es verdad el dolor es un aviso para que reacciones, ¡Eh! ¡que estás vivo! muevete y sal del peligro!¡Encuentra la felicidad por otro camino! Sí, eso me está diciendo el dolor, es un buen consejo.

Performance dijo...

El dolor es buen maestro. Un beso con la máxima ternura posible.

innes dijo...

La cicatriz hará más intensa la risa. La tuya y la de los que te quieren. Más intensa y más auténtica. Una buena cicatriz es el mejor tatuaje, el más personal. Nos recuerdan que hemos vivido. Quien no vive no se daña. Quien no juega en el recreo ni se mancha los zapatos ni se hace sangre en las rodillas.

Pedro dijo...

Lo de Innes me recuerda que a los niños que juegan no se raspan las rodillas y no se enguarran lo que es debido se les atrofia el sistema inmune y desarrollan las más variadas y molestas alergias.

En el terreno emocional, como siempre somos algo niños, más nos vale no tener el sistema atrofiado, y mucho menos ser alérgicos a algo.

Tu poeta dijo...

Tus cicatrices son relucientes como broches de oro, Maga. Gracias por este texto. Tienes la virtud de llegar muy adentro siempre.

Patty D. dijo...

Lo que realmente nos pertenece es el futuro, aunque a veces no sea como nos lo imaginábamos o podamos tropezar en la misma piedra

Nada del Otro Mundo dijo...

A ver si el próximo post me invitas a pasearme por el Placer, que estoy un poco cansado de quejicas con encanto ;)

(No se lo tome a mal, señora, es que soy un guasón sin remedio).