[La capilla de huesos de Évora. "Recuerda que vas a morir", meditaban los monjes de este lugar.]
- ¿Qué aventurillas nos esperan?- Me preguntó mirándome fijamente.
- Todas. - Sonreí.
Los manuscritos aljamiados de Tombuctú, la puerta de Amaru-Uru, las grutas secretas de Mongolia, la humanidad aglomerada de NY. El amor vértebra y la geografía de la propia conciencia.
***
Salí a las seis de la mañana. Apenas dos paradas de metro y el espíritu viajero me empezaba a lavar la cara. Los ojos, antaño cubiertos del polvo melancólico, volvían a convertirse en soles magnéticos.
Pluma y cuaderno son los dos infalibles compañeros de viaje, los que hacen que mi soledad sea libertad absoluta. Porque ser libre significa expresarse con plenitud. Y escribir en la atemporalidad y el dinamismo sientan como el agua fresca de manantial.
Cuando se cumplen 40 años de la llegada del hombre a la luna, una servidora lee palabras sabias enterradas en un libro desde hace cuatrocientos años.
Converso con mis ángeles y demonios en esos alfabetos que no existen; charlo con ellos con la espiditrompa. Reconozco las secuelas que dejan algunos torbellinos vitales. Pero yo deseo canalizar la voz arcana a través de mí, deseo deshacer entuertos mentales, escalar las cosechas de manzanas y cantar en los acantilados; ser inspiratriz.
Hago equilibrios sobre un abismo florecido, como el Loco, perseguido por el perro negro de mi propio pasado y con toda mi esperanza en un pendrive colgado del cuello.
Puedo decir un mundo, mientras tanto. Un mundo de humo y de adoquín, un mundo que añora la cerveza atlante . Un corazón que huele a incienso. Un cerebro teledirigido por las dunas del desierto del Sáhara. Mares que se deshacen tras la retina y fecundan con su espuma aquellas imágenes desperdigadas en el suelo y las terrazas del verano.
6 comentarios:
Hablando de Sáharas, niña, que sed de buscarte por los parajes oniroscópicos y no encontrarte. (Ojú, qué místico me ha quedao eso, adónde te escondiste amado, y etc., etc.) Nada, mujera, que besicos.
Un post brutal. Me encanta perderme en tu blog: cada vez que me olvido de por qué escribo, me doy un paseo por él y encuentro el camino de vuelta. Felicidades.
Impresionante los huesos de Évora, también estos huesos son los manuscritos de la vida.
besitos!
Mi vida sin tus posts no tiene sentido, ¡gracias por volver!
¡Aventurera!
Yo diría "aventuletra". Siempre me gusta entrar por aquí
Publicar un comentario