La primera vez que la vi, pensé: "soy afortunada, me he cruzado con alguien creativo hasta la médula, alguien que se ha hecho a sí mismo, que se ha fabricado con la materia de los sueños, que se ha inventado el cuerpo, el nombre y la vida y lo hace con una naturalidad acojonante." Toda esa valentía se conjugó con un sufrimiento considerable, un contra viento y marea, una historia que es bella porque se parece a la épica picaresca, al folletín decimonónico, a los cantes jondos de Lorca.
Cuando me enteré de que esta diva ya no respira bajo las luces ambarinas de los bares del raval barcelonés, pensé que habría un vacío difícil de restituir; ¿ya no me la encontraré callejeando en soledad, ya no me enseñará a ponerme el sombrero como lo hacen las diosas, ya no cambiaremos el mundo en el umbral de una barra de bar ante una cerveza dorada?
Tiraron todos sus vestidos al contenedor, su casa estaba llena de cucarachas: se me encoge el corazón al pensar que murió sola, como tantos otros héroes. Muchos la conocieron bella e irresistible, Diotima del sexo, puta redentora, trans que no encajaba con los discursos de los trans, un ángel con pechos de madre y polla de Zeus. Otros, vieron cómo envejecía con todo el deseo emanando por los poros, cómo coqueteaba con los focos del Madame Jasmin y se ponía más años de los que tenía para parecer más irreal, más de otro mundo. Hacía playbacks en Robadors 23, se emborrachaba sin perder la elegancia; toda ella era noche de libertad y desenfado.
Pero la escritura es un colador: este post no será suficiente; escribirán más y mejor sobre ti, oh Musa Natasha.
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Cuando me enteré de que esta diva ya no respira bajo las luces ambarinas de los bares del raval barcelonés, pensé que habría un vacío difícil de restituir; ¿ya no me la encontraré callejeando en soledad, ya no me enseñará a ponerme el sombrero como lo hacen las diosas, ya no cambiaremos el mundo en el umbral de una barra de bar ante una cerveza dorada?
Tiraron todos sus vestidos al contenedor, su casa estaba llena de cucarachas: se me encoge el corazón al pensar que murió sola, como tantos otros héroes. Muchos la conocieron bella e irresistible, Diotima del sexo, puta redentora, trans que no encajaba con los discursos de los trans, un ángel con pechos de madre y polla de Zeus. Otros, vieron cómo envejecía con todo el deseo emanando por los poros, cómo coqueteaba con los focos del Madame Jasmin y se ponía más años de los que tenía para parecer más irreal, más de otro mundo. Hacía playbacks en Robadors 23, se emborrachaba sin perder la elegancia; toda ella era noche de libertad y desenfado.
Pero la escritura es un colador: este post no será suficiente; escribirán más y mejor sobre ti, oh Musa Natasha.
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FRAGMENTOS DE UN DIARIO, ACERCA DE NATASHA:
"La pondría delante de una cámara y la haría mi musa.
Natasha hoy me hablaba de la crisis de los 50. Antes podía escoger a los amantes.
Ahora, se desvive por un amor verdadero. Trabajó como puta muchos años. Sexo
sin caricias. Anhelo de amor. Un pintalabios rojo en el pantalón. Pechos
firmes, tersos. La cara, en cambio, llena de arrugas. Escribiré un espectáculo
para ella. Se lo grabaré en un CD. Yo seré voz y ella mi cuerpo. Como Cyranno.
Ella se vengará de todos aquellos que confundieron la alabanza de mi arte con
la posibilidad de trincarme. Bohemia, libertad, seres que bailan y se desnudan
en la hora del lobo. Natasha nos debe un espectáculo."
3 comentarios:
Que la musa Natasha siga emborrachando tu pluma. Bello homenaje, maga. A ver si expande esa creatividad medular para estos lares...
Salud
Me hablaste mucho de ella, y aportó muchas cosas en fu función y en tu inspiración. Muy bonito tu homenaje. un beso
interessant! un petó Maga!
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