Qué sucedería si, por ejemplo, alguien tropezara con Robert G. en un momento inoportuno. (Qué miedo.)
Pero Robert G. caminaba por alguna de las calles pavimentadas del mundo. Era inevitable que alguien transitara esa misma calle a esa misma hora. Nadie le había encerrado en una mazmorra. Nadie le había asesinado con antelación. Robert G. existía aún y era sumamente probable que se tropezara con alguien en un momento inoportuno.
Cuando nací, el hado me dio:
1. Mala suerte pero
2. Un instinto de supervivencia neto para compensarla.
A causa del factor 1, tropecé con Robert G. Sin embargo, gracias al factor 2 no me morí en el acto cuando Robert G. me preguntó qué sucedería si, por ejemplo, alguien tropezara con Robert G. en un momento inoportuno.
Me enrosqué el infinito a modo de cinturón y continué paseando, como si nada hubiera sucedido.
1 comentario:
Esperemos que no suceda como "esperando a Godot", jajaja.
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