sábado, 21 de julio de 2012

Cuando los muertos no duermen


Las 7 a.m. Le ofrecen un periódico. Nunca lee el periódico. Pero, como se lo han puesto en las manos, lee, pues, el periódico.

Pagan a una bailarina epiléptica para que sufra un ataque en escena.

Las páginas avanzan con los sorbos del café. Páginas centrales. Se detiene. Las esquelas. Mira la edad con la que murieron esas personas que no conoce. La mayoría entre los 80 y los 90. Está bien. Luego ve a alguien con 56. Se le cae una lágrima, sin querer.
Las 8 a.m. Está en la oficina. Mira durante medio minuto por la ventana.
Las 8 p.m. Lleva unas gafas de sol. Tiene una dirección apuntada en un papel.

- Está en el número 7.

Va hacia allí con el pelo recogido, de luto estricto, un tirabuzón delante del ojo derecho y unas gafas de sol.
No la conoce, pero el dolor es más emocionante que la apatía.

[Ilustración-regalo de Julia Reina para Maga Despistada, "Cuerpo que nace de la cabeza"]

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