jueves, 11 de octubre de 2007

Anécdotas de la nueva vida

Y un día, la Reina del Dinamismo
se detuvo.

Y se sentó.
Y no dijo nada.

Buscó en el estatismo
aquello que le faltaba al movimiento.

Decidió pararse
para observar cómo se movían los otros.

Aeróbica sin oxígeno/ (Eutanasia del gráfico)

Rápida en la lentitud/ (Lenta en la catarata)

Cruzó -también- el puente de los títeres
y el foso de las pirañas y la trampa de los cocodrilos

Bebió tila en el café.


Bailó cuando no había música
y decidió silenciar al decibelio
con un beso
tan sonoro como...

(sí, como aquella escultura de Rodin...)

1 comentario:

nickmazziu dijo...

Tienes la naturaleza muy cerca. Esto demuestra que el ser humano puede reparar el daño que hizo en el ambiente. Es verdad que e 99% de nuestro tiempo no contemplamos con asombro todos los pequeños tesoros que nos rodean. Eso debe acabar! un besito