lunes, 15 de octubre de 2007

Móvil de cuna


Las aves migratorias han escupido sus vuelos.
Y él llora porque la nube se ha olvidado de llover.
Pájaros -invisibles- pájaros. Labios aéreos,
pájaros. Los oigo y no los veo -libres, voladores,
pájaros-. Entonces todo duele (los guantes, los siempres,
el beso de ron en los colmillos, el libro perezoso desplegado):
- Mujer, ¿Buscas pétalos o esperma?
- No, sólo esa ligereza de no saber. Nada. En absoluto.

[Y la niebla. Y el sol. Y los otros.]
Alma en código MORSE. Terquedad de uña rota.
El cuerpo es un envoltorio de caramelo.
[Ojalá existiera un recipiente Y un pasado..]
¿África? La necesito en la boca ardiendo.
Lo brutal drenándose
y el verso líquido empapado en gasolina.
La conciencia se abriga en el estómago.

Gotea. Gotea el sol -con su luz-.
y me inunda de tibieza inmerecida.
Soy tan libre que duele. Que todo duele.
El viento salvaje perfora los ojos del poeta.
Nadie intuye el averno de su mirada.
Nadie sabe fingir. Nadie sabe trovar.
Inventan un cielo
a juego con el bolso y los zapatos.

Los ojos del poeta son flores:
mirad a ese hombre deshojado por sus lágrimas.
Un hombre, ese hombre, desde su ventana,
ha sido guillotinado por el paisaje
que observaba. (Tan quedamente).
Los murciélagos han escupido sus vuelos.
Y ella ríe porque se ha olvidado de secarse al sol.

Las grúas constructoras son el móvil de cuna
de la ciudad dormitorio:
luna, estrellas y murciélagos
giran alrededor del óxido;
los ciudadanos duermen en la vigilia
observando cómo también
el sol, las nubes y las aves migratorias
se aburren en su absurdo tiovivo.


1 comentario:

Eddie (J.Bermúdez) dijo...

FELICITATS PEL TEU BLOC, M'AGRADAT MOLT!!!!!

una abraçada