- Era el típico libro de autoayuda, pero su título me gustaba, "El encanto de la vida simple".
Olga está radiante bajo el sol de Badalona. Ha sido mi primera zambullida en la Mar, que me ha abrazado fresca, cristalina, amorosa, como una madre.
Olga es una mujer sencilla, que sabe hechizar. La última vez que la vi me hizo un masaje en los pies y regresé a casa con alas en ellos, como Mercurio. Ella es la sensualidad del tacto, fruta fresca, sonrisa, mar y sol. Son los treinta y dos años mejor cumplidos que conozco.
Se queda dormida, claro. Lleva desde las siete de la mañana currando en el bar. Yo me estiro como un gato sobre la toalla y escucho lo que la Mar quiere decirme. Serenidad. Confianza. Vértigo ante una vida viajera, implaneada, llena de sueños locos.
- Hazlo todo. - dicen las olas. - Aunque temas perder el sentido, si lo haces por amor, nunca se romperá la cuerda.
Da gusto permanecer en silencio con una amiga. Porque entonces puedo escuchar todas las cosas. Mientras Olga duerme y Sàgar juega con sus abuelos, la Mar me dice que la vida es un juego y un vaivén. Y que no me tome nada demasiado en serio.
- Baila. Yo canto cada día, aprovecha mi melodía, la de los árboles, la de los pasos de los hombres.
Olga despierta, poco a poco. Agradezco a la Mar que me siga hablando como una madre crecida.
Luego partimos. Ha llegado el verano. Silbamos y paramos en una heladería.
- Una horchata y un granizado de limón.
Olga está radiante bajo el sol de Badalona. Ha sido mi primera zambullida en la Mar, que me ha abrazado fresca, cristalina, amorosa, como una madre.
Olga es una mujer sencilla, que sabe hechizar. La última vez que la vi me hizo un masaje en los pies y regresé a casa con alas en ellos, como Mercurio. Ella es la sensualidad del tacto, fruta fresca, sonrisa, mar y sol. Son los treinta y dos años mejor cumplidos que conozco.
Se queda dormida, claro. Lleva desde las siete de la mañana currando en el bar. Yo me estiro como un gato sobre la toalla y escucho lo que la Mar quiere decirme. Serenidad. Confianza. Vértigo ante una vida viajera, implaneada, llena de sueños locos.
- Hazlo todo. - dicen las olas. - Aunque temas perder el sentido, si lo haces por amor, nunca se romperá la cuerda.
Da gusto permanecer en silencio con una amiga. Porque entonces puedo escuchar todas las cosas. Mientras Olga duerme y Sàgar juega con sus abuelos, la Mar me dice que la vida es un juego y un vaivén. Y que no me tome nada demasiado en serio.
- Baila. Yo canto cada día, aprovecha mi melodía, la de los árboles, la de los pasos de los hombres.
Olga despierta, poco a poco. Agradezco a la Mar que me siga hablando como una madre crecida.
Luego partimos. Ha llegado el verano. Silbamos y paramos en una heladería.
- Una horchata y un granizado de limón.
6 comentarios:
"- Hazlo todo. - dicen las olas. - Aunque temas perder el sentido, si lo haces por amor, nunca se romperá la cuerda".
Abrazo esta frase y la anoto en mi libreta... en esa en la vuelco pensamientos, los remuevo con un largo palo de madera, y a la que me asomo de vez en cuando para comprobar si al fin he dado con la receta mágica.
Disfrutar de cada momento, de cada sensación, de cada experiencia. La teoría siempre es fácil, aunque solo unos pocos son capaces de chasquear los dedos, para parar la vorágine que les rodea y saber escuchar el silencio sin miedo.
Otro punto para ti, Maga.
Un abrazo.
Sbl.
Tuve un amigo que se llamaba Sàgar, desde entonces no había vuelto a oir ese nombre, me ha hecho mucha gracia.
Precioso escrito, todo un homenaje a este verano que justo empieza.
Saludos!!!
Por cierto, he pensado que a lo mejor te gustan este tipo (http://www.gilbert-garcin.com/index.htm) y esta tipa (http://www.victoria-miro.com/artists/21,biog/).
¡Gracias por los enlaces!Es todo un placer seguir encontrando filones en el arte...
Guapa, ya estoy de vuelta en Barna, me ha costado dos días recuperarme de tantas emociones. A ver si nos vemos pronto y me cuentas como van los preparativos.
Agradezco que uses la Mar, como los marineros, ella es la que trae los mejores mensajes...
Tengo ganas de volver a compartir juntas un pedazo de silencio.
Te quiero,
Lilith
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lolikneri havaqatsu
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