viernes, 22 de agosto de 2014

Ahora estaba revisando escritos del blog, y me sorprende lo prolíficamente literario y sublimante que llegó a ser mi enamoramiento de ti. De algún modo, independientemente de que todo fuera tan sólo una paja mental mía, llegué a sentir estratosféricamente una danza de dioses. Ahora, vuelves a ser humano y yo también. Ya no te deseo.Ya no sufro por ti. Observo todo esto y veo lo fluctuante que es Maya, la naturaleza mutante de la emoción. Pero, ¿sabes? Mil veces más prefiero esta serenidad lúcida, sin el filtro de la ebriedad.

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