martes, 9 de septiembre de 2014

Diálogos onironautas

Su filón era el sueño lúcido. Desde allí, vivificaba su expresión.

Después de haber evocado a los elementales (los utilizaba para sus funciones circo-poéticas del bajo astral, trabajo que ejercía para inspirar a los pobres diablos melancólicos), cantó noventa veces una fórmula mágica que le había enseñado un niño-hijo (awi, awá, washí, washá), cogió su cetro-pluma con una punta de diamante y escribió el nombre secreto de un deva que había estudiado en un libro mágico (escondido en una gruta acuática atlante). Junto al nombre secreto del deva, garabateó un poema telepático sobre la colaboración, la vibración pura y altruísta, el amor-sabiduría. 

Los devas no hablan el lenguaje humano, pero se comunican con nosotros a través de sensaciones. Si tradujéramos ese poema sensológico a nuestro lenguaje bastardo, más o menos la Maga Despistada de nuestro relato, habría escrito esto sobre una piedra preciosa con una punta de diamante:


Es imposible acabar nada:
usa, pide y toma de mí,
soy la mejor vendedora de fantasía
del mundo;
y dibujo coherentemente con los ojos
porque cocino en la mente
todos los colores del corazón,
inflamado por el vuelo del amor.




- Antes de iniciarte, te probaré. Canta un mantra.

Ella cantó un mantra. Se formó un embudo en su boca.

- El sonido puede crear un vacío capaz de levantar objetos pesados, de construir pirámides. De forma ordenada, la música sirve para lograr determinados fines. El sonido puede desintegrar lo mismo que producir cohesión.

Ella cantaba. Era como habitar la respiración, como fabricarse un cuerpo melódico.

- Investiga sobre estos conceptos: mayavirupa; viveka; antakarana.

Ella buscó esos conceptos. El lector de este texto también debe buscarlos por su cuenta.

Después, el deva le entregó una mandarina. Ella meditó mientras pelaba la mandarina. Se fijó en el naranja, que sinestesiaba el mundo.

- El color puede destruir lo mismo que curar,. El color oculta el secreto de la forma, de la manifestación.

Ella sintió aquello muy fuerte.  Le generaba ansiedad.
El deva dijo:

-  Guia el fuego circulante en correcta progresión geométrica.

Entonces, ella se puso a bailar.

- Los resultados nunca nos conciernen. En el servicio halla su liberación lo subjetivo. Ahora, deberás hacer tres cosas: 1. Eleva tu vibración para encontrar al grupo; 2. Entrega tu ser al grupo para aumentar su belleza y equiparlo mental y emocionalmente. 3. Imagina el templo (ashram) y procede allí tu labor con regularidad, calma y concentración interna. Después de esto, ya no habrá mar. Descubrirás el mar de cristal, las emociones ya no te naufragarán.

Ella notó que el deva estaba a 6 mm. de su glándula pineal. La Luna brillaba cerca del plenilunio. Tenía una sensación en la cabeza, asociada a un perfume y a una nota musical.

Después de su encuentro con el deva, escribió un poema para recitarlo en uno de sus espectáculos del bajo astral:

Sólo tenemos AHORA.
Sólo tenemos AQUÍ.
Todo lo demás es como un niño
que come una manzana
mientras mira el mar.
El mar nos ioniza,
nos enseña el vaivén
de nuestra psique.
El mar viaja cantando
a través de sí mismo,
se mece en sus acantilados,
escolta los sueños,
explica las viejas historias
de los piratas y los marineros,
sacerdotes del agua,
kamikazes del viaje hacia el amor.







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