domingo, 7 de septiembre de 2014

Kunoichi

La pirata TAZ muta y se transforma en kunoichi.
La mujer ninja  convierte el anillo de compromiso en una rueda-circ, un portal mágico de evasión. 
Menstrúa mientras baila sobre unos zancos.
Teje con una cuerda el Laberinto de Dédalo.

Medita.

Le sale un pene del ano, que es una cola. Primero, la cola de un pájaro, de un gato, de un perro, de cualquier mamífero, la cola de un reptil, la cola de un dinosaurio que se convierte en raíz.  Esa cola se ancla en la tierra. Entrelaza su cola-raíz con otras muchas. Maraña de colas. Cada ser como un baobab que atraviesa el planeta.

Diluvia. Todo se cubre con agua. El agua se dora al sol. Luz líquida.

Ella se convierte en un huevo azul, un capullo azul. 
Llueve oro líquido. 
Se abre un poco. Le entra agua por la vulva craneal. Se abre. Se inunda. 
Es una flor de loto azul. Con pistilo y estambres. Bella, sobre un océano de niebla rosada.

De súbito, catacrak. 

Un hacha parte la flor por la mitad. Pistilo y estambres se separan, como las aguas del mar rojo. Toda la genealogía en la espalda de ella. En la izquierda, todas las matrices. En la derecha, todos los penes. En la derecha, el rostro desencajado de un agricultor que clava su polla como un puñal en una mujer que grita como Munch. Sangre.

La sangre se convierte en oro líquido. La historia de la humanidad está escrita con la violencia sexual.

Ella llora. 
La flor ha nacido gracias al abono sangriento de una guerra. 
Pero sólo puede abrirse con el sol. 
 
 

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