viernes, 6 de junio de 2008

Groove

Llovía a cántaros, pero Lilith, Madame H y su bebé de ojos oceánicos se encaminaron remando bajo el aguacero hacia allí.
"Vamos a oler poesía", se dijeron, como perras hambrientas de carne azul.
Llegaron, el bebo plácidamente dormido, y entonces les recibió un agradable barman, que decía haber visto a Madame H despotricando versos trascendentales en El coleccionista. Este barman daba de comer a los poetas (tenía el corral del Ave Fénix). Prometía un trago a cambio de unos versos. Qué agradable predisposición.
Groove es un local amplio. Tiene tres salas, decoradas con pósters de pelis antiguas. Al fondo de todo había un micro abierto, dos taburetes rojos, cariño en los ojos de las sillas. En la sala del medio, un lugar ideal para aparcar carritos con ángeles regordetes dormidos.
Sólo leyeron seis. Un hombre que decía no ser poeta leyó el menú y reflexionó sobre una mancha de la pared del local. Dani tintero-tetera-tú cantó en brasileiro. Una maraca sonaba. El bebo despertó de su letargo cuando escuchó la voz de su mami diciendo:
(...) después de todo
aspirar hondo
seleccionar una sola estrella
pensar un deseo
buscar tréboles
sostenerse sobre el fuego de una cerilla
creerse portavoz de algo no revelado todavía (...)
Dani, el payaso, tomó al gordito en brazos. Le dio un globo rojo alargado. Ovación general por el bebé hipnótico. Lilith entró en trance. No traía poema alguno, y le vinieron a la memoria unos versos de juventud: desiertos que caben en el bolsillo de la chaqueta. Óscar hizo homenaje a sus penates. Esteban prestó su voz de rapsoda a las rarezas, las pantuflas, el tierno sarcasmo de Albert Compte.
Al final todo el mundo era feliz. La gente se miraba a los ojos sonriendo. Bailaron y cantaron.
Lilith, Sàgar y Madame H regresaron a la lluvia. Paraguas sobre carricoche. Trenzas de agua en la cara. Agua, fecunda agua, a pesar de los desiertos de bolsillo.

2 comentarios:

Myriam M dijo...

Hola de nuevo, preciosa la crónica Maguita! yo me lo pasé como nunca, llegué a casa mojadísima y con una cara de felicidad que hasta Smile me lo notó.

creo que la vida todavía nos depara muchas de éstas, yo ayer me fui a dormir diciendo: quiero volver a ser bohemia...

hacía mucho tiempo que no sentía esa magia. Guau!

Anónimo dijo...

querida amiga
de cuánto me estoy perdiendo por culpa de la distancia, al no estar con ustedes en esas noches cuya magia me inunda ahora sólo de leer vuestros comentarios..!!!!! Y qué rico también que Esteban siga leyendo poemas de Albert, que está cada día más vivo entre todos nosotros...

besos y abrazos

Llop