Poros abiertos a la lluvia, al sol, al amor del hombre, del árbol, de la brisa. Soy naturaleza esculpida por el tiempo. Soy fábrica de combustible y residuo. He amado por debajo de los sótanos y por encima de los terrados. Ése es mi secreto solitario. Ése es. Camino feliz, sorprendida por los colores y las formas, que se me revelan fruto de una paleta riquísima, nutrida de matices. Luego viene esa "tarde cenicienta y mustia/ entartalada, como el alma mía."
Siempre fui mujer sola. Era triste, rara, vagabunda. Los platos, las toallas, los sujetadores; la ley de entropía ha sido fuerte. Los tenedores sucios han huracanado el amor. El cajero automático, qué absurdo su lenguaje. El tráfico rugiente, no lo entiendo. Tú me veías pasar como una intrusa despistada que aterriza en el mundo por casualidad. Charlamos sobre los objetos dispersos en la manta del comerciante africano. Me dijiste, "las dudas son acróbatas sin red". Respondí, "y los charcos, sarcófagos de lluvia".
Buenos días sin sol, buenas noches sin sueño. No soy Virginia Woolf ni Sylvia Plath. No moriré por el amor de un hombre, ni por las guerras mundiales. Que el amor sea para el sol, la hoja, el viento, el libro, el niño. Que la guerra sea uterina o selvática.
2 comentarios:
Pero eres Maga Despistada una supermamá que vuela por los terrados y ve la luz en los sótanos mas oscuros. un besi.
Yo también vivo sin entender ciertas cosas, y así es que camino feliz, sin comprender pero con los poros abiertos a lo que llueva...
Saludos, muy bello tu escrito.
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