martes, 21 de diciembre de 2010

El ritmo, príncipe de las artes

¿Alguna vez habéis ejercitado estas seis cualidades? Son las que Bolelavsky propone en las lecciones de su oficio: concentración, memoria de la emoción, acción dramática, caracterización, observación y ritmo.

Y su definición del ritmo, a propósito, no tiene desperdicio: "Llamamos ritmo a los cambios ordenados y medidos de todos los elementos de una obra de arte, siempre que estos cambios estimulen progresivamente la atención del espectador y conduzcan invariablemente al designio final del artista." Para él, el ritmo es el príncipe de las artes, el ingrediente esencial.

Cuando una obra de arte no tiene ritmo -y hasta la arquitectura tiene ritmo- es un colgajo, un mondongo altivo de material frustrado. Por eso, y con el fin de ejercitar esta cualidad presente en la naturaleza y hacerla consciente, todo gran artista debería comprarse una caja de ritmos y dedicarle quince minutos diarios.

1 comentario:

Pedro dijo...

te he encontrado por casualidad no dejas indiferente fue increíble conocerte