sábado, 27 de septiembre de 2008

El libro de mis amigos (parafraseando a Miller)

A veces, creo que podría escribir un libro sobre mis amigos, y que sería maravilloso, surrealista, trágico, exhuberante: vida en estado puro. Mis amigos son personajes fabulosos, que todavía no se han inventado en una novela. A veces, creo que, si escribiera un libro sobre ellos, habría plasmado todos los sueños de la humanidad en un centenar de páginas. Porque si algo tienen mis amigos es que sueñan como cabrones. Nos hemos disfrazado tanto de imaginación que los siento proteicos e impredecibles, arriesgados y sensibles, enfermos de ficción y borrachos de realidad.


Si mis amigos aparecieran en una novela, el lector quedaría fascinado ante el sibaritismo, la espontaneidad, el "alma puesta" de nuestros primeros encuentros. Son raros y preciosos. Los adoro hasta el punto de desear ser mejor persona: quiero que estallen de felicidad. Cuando me he revolcado en el dolor y en la rabia, me han ofrecido confianza en mi propia fuerza para salir adelante (esa es la única manera de ayudar a alguien).


Es bonito tener un cómplice en este absurdo de mundo en el que hemos aterrizado. Pasear con alguien y silbar por el camino. Los amigos son vínculos, puertas abiertas a una nueva percepción del mundo. Cuando amas a un amigo con transparencia y cariño sientes que tu conciencia se ha expandido más allá de tu piel, de tu educación, de tus putos ojos.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé ahora (no nos practicamos, y el silencio es inmisericorde), pero hubo un tiempo en que lo fuimos. Me gusta creer que sí. Bebimos gintonics invernales a las cinco de la tarde, amamos juntas la poesía más sucia, me escuchaste, te escuché, me leíste, te leí, nos reímos y nos bastaba mirarnos para saber. Como tú dices, luego hubo una hecatombe todavía por definir. No sé. A veces me basta con saber que nos sigue emocionando lo mismo.
Un beso, cronopio.

Therfer dijo...

La boca amable multiplicará sus amigos y la lengua afable multiplicará amabilidades. (Eclo. 6,5)

Un abrazo

La Maga Juglaresa de Carabás dijo...

Innes, sigues siendo de la tribu. (¿Dónde se metió tu blog?)

En breve iré a Madrid (en breve significa una o dos semanas) y quiero emocionarme contigo en algún momento de mi estancia. Gitonic, buena música, de ese sibaritismo sentimental que nos pone la piel de gallina.

Te quiero, cronopio.

Myriam M dijo...

Orgullosa de estar en la misma cuerda que tú haciendo equilibrios entre tantas metáforas.

Gracias por devolverme a tu lado del espejo.

Te quiero,

Lilith

innes dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
innes dijo...

Aquí te espero, con las puertas de mi casa abiertas. (He cerrado el blog...)

nickmazziu dijo...

Necesitas converger con esos ríos de la vida, Maga. Yo siempre esperaré a esos hombrecillos verdes en la noche para que me enseñen el cosmos en lo absurdo.

Myriam M dijo...

En tu familia sois todos poetas... ¿no Maga? Veo el hermoso legado de vuestra madre

La Maga Juglaresa de Carabás dijo...

Nickmazziu es más guasón que poeta, lo abducen los extraterrestres de vez en cuando, y el se pone su kimono de karate cinturón negro para andar por casa... y ver la luna con su telescopio

ARF dijo...

Para qué musas sin existen los amigos??

Yo probaría con escribir, cómo si fuera uno de ellos, acerca de mis amigos, de mi amigo en éste caso, el cual vendría a ser yo o vos, que si observas con solo un poquitín de detenimiento, verás que tampoco te han inventado en una novela.

Salud, por tus amigos y los míos, por los amigos del mundo!!!

nickmazziu dijo...

Es cierto, me gustaría dedicarme a la guasonería, porque comete tantos errores toda la humanidad...que sólo nos queda reirnos de ellos y vivir al boyo hasta que la muerte nos haga salir del banquillo. Por cierto, el sábado es 11 no...habrá que ir a Montserrat, bueno igual los veo desde Oropesa. un besi