El Cristo muerto de Holbein, 1522.
Julia Kristeva, en Soleil Noir, dedica todo un capítulo a la impresión que ha producido este retablo de Holbein a lo largo de la historia. El protagonista del Idiota de Dostoievsky exclamaba:
- ¡Este cuadro...!¡Este cuadro...! ¿Pero tú sabes que, mirándolo, un creyente puede perder la fe?
Aquí Cristo aparece como un cadáver desprovisto de los rasgos ennoblecedores del mártir. Es un difunto cualquiera, digno de una lección de anatomía. Su cuerpo llagado, esquelético, casi hiede a la vista. Soledad, silencio y horizontalidad. No hay siquiera una mujer sosteniéndolo en brazos: no goza ni de esa gloria postrera. El descenso de la cruz es así de crudo.
Ese cuerpo sin vida está completamente muerto. Parece una funda. Nadie se imagina que este pedazo de carne pueda resucitar.
4 comentarios:
Y, además, nos está diciendo que nos jodamos con la mano derecha. No hace con el dedo corazón el "fuck you, idiots". Me gusta.
Innes, tengo ganas locas de verte. Siempre nos reímos mucho. ¡Sarcasmo al poder!
Lo mismo digo, Maga, lo mismo digo... Siempre me remueves lo más íntimo cuando te leo. No sabes hasta qué punto. Ya me entiendes.
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