lunes, 30 de marzo de 2009

A veces crees que tú, por herencia genética y desviación medioambiental, eres una lunópata hasta la fibra. (Je veux la lune - decía Calígula a sus súbditos.) Aspiras a escribir algo con cara y pies, pero sólo te salen pseudopodios que mueren segundos después de ser paridos (ya no sirven esas frasecitas de Emerson, las que hablaban sobre la arquitectura u osamenta de las obras artísticas, la naturaleza orgánica de la ficción). A veces intuyes cuál es el meollo de tu vacío, y con una aristocracia natural, afirmas:
- Nadie me entiende.
Quizá dices cosas tan feas porque el nivel de litio de tu cerebro está por debajo de lo exigido o porque todavía crees no has encontrado una troupe coherente de locos. Tu vida, en definitiva, es un maravilloso Estofado. Ahora estás tumbada en el catre de tu entrópica habitación, mirando el blanco-sucio techo.

4 comentarios:

nickmazziu dijo...

En los sentimientos es muy difícil establecer una arquitectura sin preguntarse que te hace sentir mal o bien. El kaos es como el brote de muchas ramas a la vez donde es muy difícil definir su raíz de origen. Quizá lo hacemos porque queremos olvidar esas ideas que nos hacen daño, huyendo del problema. También mirar al techo de tu habitación puede ayudar a reflexionar estas cosas que nos preocupan, pero no lo hagas mucho sin aplicar soluciones ya que sino crearás una ansiedad.

Anónimo dijo...

Eres una escritora genial. Sigue así, que la "troupe" de amigos locos seguro que ya te está buscando.

Marçal Font dijo...

¿Sucio? Será por los mosquitos aplastados a las tres de la mañana... crónica de desvelos, constelación de insomnios y flagelo de marcianos. El reto a veces es entenderse uno mismo jejeje. Tq.

La Maga Juglaresa de Carabás dijo...

Cogito, ergo mosquicida.