Deseo morir sin decirme. No es capricho. Estuve sola en los micrófonos, sucia de voces que me oxidaban. Poco alerta, bebía el sudor de las horas y las lágrimas del cocodrilo. Mis nortes caían cansados para volverse sures repentinos.
Me asfixié en el acuoso precipicio de los ojos de un hombre ruin que me miró una noche, cuando yo lloraba. No sabemos por qué sucede esto. Un día, por casualidad, descubrimos que hay un garrote tras la puerta. Y sufrimos todo lo que hemos olvidado sufrir antes.
Desterrada de mi carne, cómo será morir.
Si el aire pudiera exhibir lo que piensa la gente, yo tendría junto a mi cabeza un vientre estriado, una semilla húmeda y el sol a medias de un eclipse.
2 comentarios:
Un escrito ejemplar, que cada vez que leo o escucho de nuevo relatado por tu voz, me parece aún más hermoso.
se me cuelan por dentro tus palabras, están tan vivas...
Gracias, maga
te mando muchos besos de aire y un abrazo volador, que estés muy bien ;)
sí, maga, sí, dices cosas que solo se pueden decir como las dices tú. Mi beso también lo tienes. ¿Cómo será morir? Tenemos la imaginación y la tristeza para contarlo.
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