sábado, 15 de marzo de 2014

La Fiesta del Mal de Amores (II)

Pero la Pirata no está conforme. Dice que quiere escribir más versos, porque aún su karma es demasiado grande. Invoca a esa mártir llamada Esperanza. Figura que encabeza este post. ¿Por qué no escogió a Santa Rita?

¡Osé mirarte, Amor...
y bah, me castigaste!
Y en cárcel de deseo
momifiqué mi ser...
mi ser... ¡miseria!

¿De qué me sirve
graznar estas palabras,
si cada sílaba
me envejece,
diseca el corazón,
tan gastado de amar,
esquizofrénico misil,
cansado de pedir más,
de suplicar limosnas
al paraíso?

La Imaginación se prostituye en el Edén. En sus pies de barro chapotea el Averno, subjetivo y a la carta. Ella sigue recitando al Gigante Egoísta, que se la queda mirando.

¡Por Dios, Wu Wei!
¿Dónde escondiste el corazón? 
¿Está encerrado en zumbidos
de ese avispero que camuflas
en silencio?
¿Está entre las frívolas piernas
que son dispensadoras de descargas
programadas por tu miedo a sentir?
Pero hoy, ¡escucha Wu Wei,
dado que por escuchar estás preso!
Atesoro esperanza en el pulso
de esta poesía
que despertará a los Durmientes.
Soy libre renunciando a tu Amor
mientras lo linchan los ángeles
de tu secreta iluminación.
Y tú... ¡qué pena! ¡Sagrada compasión!
¿Sabías que al esconder tu corazón
le condenaste a no sentir
lo que hay de verdad
en esta histérica locura?

¡Oh, insaciable Eros!
¡Con creces, yo sé amar!
He destilado mi sangre
en tus incendios,
y ahora emborracho con ella
a los lectores incautos.

Mis pechos son dos copas
de elixir sagrado
y en mi sexo
un vino joven
de reserva... ¿parece paradoja?

¡Así es Amor!
Que nos regala con sus robos...

Y, el Universo, ¡qué inmenso!
Y sin embargo, abrumada
por la Libertad, voluntariamente
me encierro en una cárcel
de espejos.

La avaricia rompió el saco
y, acaso... ¡oh, milagro!
La oruga quejumbrosa
transmutaba
la rosa de su estómago
en alas de...mmmmmmmmmmmm....

¡Pirata! ¡Déjame rematarte! ¡Deja ya de sufrir! ¡Él ya no te oye! 
¡Ay! Y ella aún con el cuello desangrándose... Sin dejarme escribir sobre la otra Fiesta...


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