viernes, 25 de enero de 2008

"¡Aquí y ahora muchachos!"


¿Has sentido la llamada de la selva? Probablemente alguien te ha hechizado. La vida es demasiado corta, pero el arte es eterno.

Conjurémoslo. Él vendrá si le llamamos.

Venga. Eso es lo que nos une. Por eso nos conocimos, ¿no?

Por eso hemos llegado hasta aquí con muchos besos y muchas bofetadas.

Somos perros verdes sedientos de destino. Buscamos el arte hasta en la basura y en el ruido.

No aprendimos nada en las universidades y sí en calles y en los ojos y en los libros. Tenemos, de todo esto, algo que nos arde en la boca y en las manos en forma de canto o de poema o de aire esférico o de juguete o de lienzo o de escultura o de carcajada o de, claro, desatino.

Hemos creado hasta la saciedad por pura necesidad fisiológica.

Y qué, entonces. Qué después de todo.

Qué después de capturar palabras con ballestas, arpones y cazamariposas. Qué después del machete en la selva de lo nuevo, del riesgo, de lo que sucede si vas más allá y más allá y más allá...


El que desea y no actúa, decía Blake, engendra pestilencia.

Existen dos espacios vacíos o casi vacíos donde vaciarnos. Los dos han llegado hasta mí mientras paseaba. El dios dinero no existe todavía. Es una simbiosis. Alguien con recursos busca a alguien pobre pero con ideas.

Una solitaria antisocial intenta organizar un cotarro.
Y lo hace con fanatismo. ¡Peligro!

(¿Un sólo árbol no puede formar un bosque?)

No son los lugares fáciles. Vamos a los suburbios y a los pueblos que se reinventan. Entonces seremos la inyección de vida, y no ese pasatiempo y ocio de la burguesía carente de imaginación. Lejos de la frivolidad. Danzaríamos con dios cogido del brazo.


Entonces, el revulsivo.

La esperanza en un enorme barrizal desertizado por el tedio.

Un programa de recitales y conciertos. Primero, en la sala Polidor de Sant Adrià del Besós, al lado de nuestro río turbulento. Luego, según se vea, parece ser que nos ofrecen un espacio en una librería de Urrueña, un pueblo medieval que han querido convertir en la Villa del Libro.

Pensemos un nombre para llamar a este ciclo de poesía y música y pintura y fotografía y.... Se admite todo tipo de propuestas. Estamos en territorio de trasgresión, así que no tengamos miedo a los juicios oficiales. Ni tampoco temamos al clásico entre punkys, porque lo tradicional también puede ser rompedor, como un mendigo con corbata.

No tenemos nada que perder. Ni siquiera el tiempo, que sólo nos pertenece (mientras lo perdemos).



Los locos son los únicos que dicen la verdad mintiendo.


Un abrazo a los aliados. Y mmmmm, lo siento, pero toc toc toc

3 comentarios:

Myriam M dijo...

Recibido maga... AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAYYYYYYYYYYYY!
AAAAAAGGGGGGGGGGGRRRRRRRRRR!

Marçal Font dijo...

Del Tigris y el Éufrates al Besós, pasando por Danubio, Tormes y Orinoco. ¡Alcemos los puentes!

Sigfrido dijo...

Saludos camarada de armas, está muy bueno ese llamado al arte. La lectura de este blog animó repentinamente mis ansias, y comencé a afilar mi machete con el sueño de penetrar en la jungla de lo incierto.

Desear y actuar.

Un abrazo a la distancia