Cada Rumbo Implica Saber los Innumerables Senderos
Canta y Ríe Irónica Sin Idea de lo que Será
Aterriza en el mundo, poeta.
Porque has nacido para cantar sobre los paisajes del sentimiento humano, y aquí siempre viene gente, cada mañana tomas un café en este bar.
Y tú apuntas en tu libreta algunas cosas, tan prosaicas que, a veces, parecen sin importancia, y darían lugar a una novela mala, sin imaginación, de final apocalíptico. Una novela básica, llamada: "No tengo guita. Fíame."
De qué sirve la cultura si la gente tiene hambre. Ya no te hablan de amor o desamor, te dicen que tienen miedo del frío y de las tripas.
Esas caras alargadas que sólo pueden respirar con nicotina.
- Ése, despedido: treinta años currando en la misma empresa, a cinco de jubilarse. Ésa, divorciada, con dos críos, cobrando mil euros y pagando ochocientos de alquiler. Ufff, y aquél... se ahorcó anoche. Pero no hablemos de eso, que da cosa.
Gruñen cuando leen el periódico. Maldicen porque sólo tienen ese derecho a queja, mientras miran impotentes a un hombre engominado que nunca se puede tocar, ése que vive dentro de la tele.
- Rafa, fíame. Y ponme otra cerveza.
La poeta llega a casa y pisotea sus papeles embadurnados con versos. Se da cuatro cabezazos contra la pared, lee el blog de Leopoldo Abadía y se pone a plantar patatas y cebollas en el tejado.
5 comentarios:
Al final volveremos a vivir en el campo, a plantar versos y cultivar todo tipo de hortalizas, subsistencia libre.
Mis versos seguirán muriendo, en cada celda de excel del maldito trabajo
Mis versos no turbarán rostros, ni descubrirán alcobas, ni te dirán TE QUIERO
Mis versos no perdurarán lo suficiente para ser recordados
Finalmente Control-z y una lluvia ácida acabará con las palabras
Cruel informática, simplicidad aplastante que nos acompleja
Brutal tu comentario, Anónimo. Estas celdas de Excel son prisiones para la poesía, pero yo veo más literatura en tu despotrique que en muchos versos escritos en la frívola autocomplacencia burguesa.
Sigue escribiendo, será un gustazo leerte.
Maga este año estoy viendo tanto dolor en mi trabajo que el arte empieza a parecerme ridículo y lejano, ni siquiera me sirve de tabla de salvación ¿qué hago?
El arte, Lilith, estoy convencida de que une a la gente, es un elemento cohesionador de la sociedad. La imaginación ayuda a construir mundos nuevos. Es verdad, no da de comer, pero es la medicina del alma. Seguimos escribiendo con tinta invisible el Libro de la Historia.
Yo cada vez me sé más insignificante en el mundo. Quizás las palabras de uno, las de todos, tengan mucho más peso que nuestra vida fugaz en la tierra.
Las pirámides sobreviven al sudor de los esclavos que las levantaron. Quizás habrían sido más felices sin cargar esas piedras, no lo dudo. Pero si algo está claro es que el arte está más allá del bien y del mal, más allá de nuestra angustia y nuestro sufrimiento. El arte nos sobrevive siempre, y será nuestra única voz cuando ya no corramos sobre la faz de la tierra.
El arte no es ridículo y lejano. Nuestra fragilidad, tal vez. Pero mira por dónde, esa debilidad nos da el hálito creador que puede trascender el tiempo.
Como ves, mi discurso no es nada posmoderno. Quizá hable de tópicos muy manidos, pero es lo que hay. Tropezamos dos veces en la misma piedra y, como dice Miguel Brieva, dos veces en el mismo atasco.
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