jueves, 18 de diciembre de 2008

Cronos, Heráclito, el río y el sexo (intento de meditación)



El tiempo es una jaula.


Hoy ya está pasando. La frase anterior, ya es antes. Antes. Mañana no existe, pero pasado mañana será pretérito perfecto simple. Esto es un alivio para el dolor. Y nostalgia anticipada para el placer. Es la condena de la cuarta dimensión.
¿Y qué es lo que mide el tiempo?


EL CAMBIO

Mira el ahora sin aferrarte a una imagen intacta de las cosas.
Sigue la respiración que te da vida, sin forzarla.
Cierra los ojos.





Vienen pensamientos a mi cabeza y yo los dejo marchar, como esas bandadas de pájaros en invierno.
Y, entonces, siento un frío caliente en todo el cuerpo.
Yo soy.
Yo existo.
Pero más allá de estas palabras.
(A eso lo llaman meditar. Ummm.)



- Todo fluye y nada es.- dijo Heráclito.



Sentimos angustia cuando pretendemos que las cosas no cambien nunca. A veces, una imposición o un dogma nos da una imagen distorsionada de la realidad. Porque, claro, como le decía esta mañana a mi cómplice:


- No te bañas dos veces en el mismo río.

Y luego, con risas:


- Tampoco te bañas dos veces en la misma mujer.

3 comentarios:

Therfer dijo...

Hay una belleza en el almacén vacío. Luz difusa.
Hay ruido de cajas y botellas tintineantes.
Olor a sudor bañado en cerveza, el hedor de la estirpe obrera a la que pertenezco. Mercenario de la docencia ahora, descargador otrora.
Sacrificios y recuerdos múltiples.
La reconstrucción inacabada de una madre. Y su cariño.

Feliz Navidad

Anónimo dijo...

no te enteras de nada, therfer...
Este no es un poema sino una vena abierta y las palabras caen una a una...



e.l.

innes dijo...

Nadie se baña dos veces en el mismo río.
Salvo los pobres, decía Ángel González.