
[Dicen las malas lenguas que si miras atentamente esta imagen te harás millonario en cuatro días. Vale. Qué fácil. Deja de trabajar. Esta foto te hará rico.]
Llevo una piedra blanca en el bolsillo de la chupa roja. La recogí de entre muchas otras piedras blancas. Era belleza entre belleza. Y, entonces, pensé: "mira, es una piedra de bolsillo, la piedra de la abundancia".
Y, es verdad, cuántas piedras blancas que hay en el mundo. Tantas como estrellitas de angelitos obesos barrocos siestanubes.
6 comentarios:
El valor de las cosas siempre es el que le damos nosotros.
Quiero siestenubear, que parece que mola mucho. Oye, tú te inventas palabras que da gusto.
Llevo la mía en el bolsillo del abrigo multibotón. Ubaldo le puso tu nombre a la suya, que lo he visto yo con mis dos ojos.
Yo hace un año encontré una canica transparente con un velo amarillo y otro verde en medio, que me recordó al ojo de un gato. De mi gato negro que murió hace tiempo.
La guardé en el bolso, porque creo que es una forma de decirme que sigue estando conmigo, que un gato negro nunca abandona a su Bruja.
Las canicas son ojos de gato, Malvada Bruja del Norte. Ese gatito avatar no te abandonará nunca.
Un abrazo.
Te hice caso, dejé el curro y sólo mirando este ángel niño obeso me ahorré la pasta del cine. A este paso me haré millonario.
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