sábado, 3 de mayo de 2014

Seguimos jugando todo el rato

Estimado Hafiz,

Hoy he tenido la impresión de que el mundo se abría por la mitad, y salía de dentro un conejito, que decía:

- Sígueme. Sal de tu casa. Sígueme.

Yo lo he seguido porque me gustaba imaginarme una aventura apasionada, parecida a esas antiguas epopeyas que cantan los trovadores.


Yo siempre tuve miedo a crecer.

- ¿Y qué sueñas?
- Que seguimos jugando todo el rato.

Rezar es quedarse en silencio mientras no sé cómo ponderar todo este amor.


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