lunes, 30 de diciembre de 2013

¡Salgamos de Malkuth un rato! ¡Sube al globo!

Cuando Bach componía, su habitación se llenaba de presencias que parecen invisibles.*

- ¿Qué pongo después de este coro de ángeles?
- ¿Un silencio de blanca?
- No seas loco, estos no toleran ni un silencio de semifusa.
- No seas loco, después del coro de ángeles,
sólo es posible un silencio de blanca.
- ¿Y el silencio de redonda?
- Ese nos lo reservamos para después del Big Crunch... Aunque, debo decirte una cosa:
- ¿Y si el Big Bang y el Big Crunch acontecieran a la vez?
- Exacto.
- Es como si todas estas voces que te ayudan a componer música fueran tus "pensamientos".
- ¿Pensar es recibir el soplo de un ángel?
- O de un diablo, o de un duende  o de un niño invisible que juega a crear juegos.



*¿Alguna vez has pensado quién está tecleando este poema en prosa?  ¿Y si mis dedos los manejamos unos niños dioses, que juegan-jugamos tranquilamente en su pequeña habitación-galaxia? ¿Los dioses pagan la hipoteca de su Olimpo? ¿Por qué no asesinaron ya a todos los pronombres?





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