lunes, 16 de junio de 2014

Human Bodies

La carne humana cortada en bistecs, listos para una barbacoa de sacrificio ritual. ¿No es eso lo que solía hacerse con los trofeos de guerra? Divertido verlo en la antigua Plaza de Toros de las Arenas, podrían haber disecado a toreros muertos donados a la ciencia después de alguna muerte lorquiana.

Los niños tenían muchas ganas de ver muertos para aprender cosas. Ya sabemos de la morbosidad infantil. Es una morbosidad inocente, inspirada en los tabúes de los adultos, no perturbada por una doble moral. Su perversión es espontánea.

He tenido la sensación de estar dentro de un experimento nazi, porque todos los fiambres humanos disecados tenían facciones de jóvenes que parecían ser de raza negra o asiática, con una dentadura impecable y los pulmones negros de fumar toda clase de sustancias.  Nefastamente similares. Horribles documentales sobre centros penitenciarios de países tercermundistas. Nadie tenía rasgos de occidental al uso. Nadie. Quizá sólo los fetos. Quién sabe. Sospechosamente conspiranoide. Donaría mi cuerpo a la ciencia para que me disecaran a su lado con mis orejas y nariz grandes y mis tetas occidentales. Así la orgía de la muerte sería más democrática.

He rezado pensando en los sádicos.

- ¿De dónde proceden estos cuerpos? - ha sido la siguiente pregunta.

He imaginado las vidas de todos esos seres cortados en pedazos, y he pensado en el canivalismo y en los científicos nazis. También he imaginado fábricas chinas que disecan cadáveres a través del método de la plastificación. 

Por otro lado, los niños, que iban con los auriculares, han estado toda la exposición en silencio mientras escuchaban que fumar es malo y los nombres y la función de algunos órganos y huesos. Se han portado muy bien -en el sentido de no tocar cadáveres con la mano- si bien luego me los he encontrado en el baño cogiendo del váter sus propias heces con la mano, y eso me ha llamado la atención.

(Han estado media hora lavándose las manos con el jabón que contamina los ríos. En ese sentido, soy una madre ejemplar.)  


***

Algunas informaciones de esa exposición son falsas. Por ejemplo, se cae en el viejo mito de la ausencia de neurogénesis (yo sólo he mirado los carteles, no he escuchado por los auriculares). Eso es una cagada garrafal si pensamos en la intención "pedagógica" de esta exposición.

A veces me siento mal por el mero hecho de convivir con una Imbecivilización tan siniestra. ¡Qué difícil es ser coherente, me cachis! Me pido que en la próxima exposición se enseñe Anatomía con una compañía de bailarines, un grabado de los meridianos chinos, un debate de fisioterapeutas y un taller de Feldenkrais.

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