miércoles, 27 de febrero de 2008

Cancán








Los dioses hablan en código MORSE.



- Meto las lágrimas en una catapulta
y revientan en la cara del vecino.

- Un día se deshizo mi ángel.
Utilicé su boca para besarte.

- Las palabras se autocastigan
y se ponen de cara a la pared.

- ¡Óyeme! Sólo quiero a las nubes
para comérmelas.

- Escucho las peleas de Dios
con su esposa maruja.


- Anhelo un cruce de especies.
Encintemos a este árbol.
Escribamos un poema en su corteza.

Un día, mi pijama me explicó esta conversación,
antes de que me absorbiera el colchón de la cama.

Desde entonces, Delfos es otro bar donde acudir

con faldas y a lo loco.

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