viernes, 23 de mayo de 2008

Barbie nihilista


Fracasa mejor.


SAMUEL BECKETT, Rumbo a peor



Pedid a Papa Noel la nueva barbie nihilista, apretadla
con cariño, sólo una vez y suavemente. Ella dirá:
"El mundo es una mierda y encima te mueres".
Frotadle cuidadosamente las manos frías revestidas
de mitones: "No tengo un céntimo y no me llega pal café".
Os preguntará, ya no rubia platino, sino agitanada: "¿Cómo
puedo sobrevivir donde naide me entiende?" Y luego,
si le acariciáis las mejillas, manarán lágrimas verdes.

La barbie nihilista es aquel maniquí joven
que se pincha heroína para sentir; desnudadla lentamente
y veréis como dice muy bajito: "Tengo frío". Y luego:
"Nunca se cumplen mis deseos". Y más tarde: "Nadie
me quiere". ¡Oh, pobrecita muñeca de plástico! Si
la sacáis a pasear con vosotros sólo mirará los rostros
nublados y convencionales, después intentará suicidarse
cinco veces pero no podrá, porque todos odian la eutanasia.

¡Mendigad pasivamente, no folléis aunque se queje
el cuerpo lozano, malvivid, haced deberes, comed
las porquerías prefabricadas! Si tenéis a la barbie
nihilista en el bolsillo, Pepito Grillo desinteresado,
os soplarán vendavales de tópicos mugrientos
y os sangrará la brea por los ojos, los dedos y el forro
de la chaqueta. ¡Este es el márketing
de la muñeca supracomún, de la jubilada con veinte años!

Pero, ¿no hay alternativa? ¿La barbie mecagoendios
ha de regresar a los escaparates del tímpano,
ha de nublar las estanterías de literatura francesa
y ha de conocer la presencia de malevos bravucones
que emergen del asfalto justo a las tres de la mañana,
sólo entonces, compinchados con las intuiciones
de las madres-oráculo que te hacen volver a una hora exacta?
¿No hay alternativa? ¿Sólo podrá elevarnos la repetitiva voz del asco?

Sssssss. Silencio. No toquéis. La muñeca perversa
duerme recostada en los párpados. Silenciad sus quejas,
descomulgadla de vuestra pequeña religión de esperanzas
diarias y, justo cuando todo parezca un horizonte
tranquilo, mirad la UTOPÍA: caminaréis cinco pasos
y se alejará otros cinco; corred un kilómetro y se escapará
lo mismo. Y cuando os halláis hartado de perseguir mariposas,
grabad una nueva frase en la memoria de la barbie nihilista.



4 comentarios:

Myriam M dijo...

Dura la foto y brutal este poema, como la primera vez que lo escuché.

Yo también tuve un par de líneas en Rota para esta muñeca, no sé de quién fue la idea de crearla, si tuya o de Mónica, mi frase era ésta:

"Se echó a andar. Caminó sin rumbo, llevando por petate: una ridícula foto gris de Calimero, tres cabezas jíbaras de muñeca rubia (“Decapite a su Barbie nihilista, libérese!”, gritaba la consigna) y el pico disecado de un ruiseñor azul que odiaba los condones."

Lo de Calimero iba por Dimitris (el griego) ¿te acuerdas?

¡Te quiero mucho Maga!

La Maga Juglaresa de Carabás dijo...

La barbie nihilista nació en este poema hace unos años, pero todos la intuíamos. Me alegro de que aparezca en otros textos, eso siempre quiere decir que su existencia es necesaria. Un abrazo, Lilith. Me ha gustado el fragmento que citabas. Hay que decapitar a las barbies nihilistas.

innes dijo...

Pues yo la veo gorda...

Therfer dijo...

Brutal. El poder de los estereotipos mediáticos.

Realmente las estadísticas no engañan. La primera vez que leí que un 1% de jóvenes tendría trastornos de alimentación (anorexia y bulimia nerviosa e ingestas compusivas, simplificando) no me lo creí.

Luego eché cuentas. Y tenían razón los números. Cada año tenemos alumn@s con problemas de alimentación. Un@ por clase.

Para escribir más de un libro...algún día con tiempo me pongo.