domingo, 3 de noviembre de 2013

Arborígenes: proyecto de construcción de casas-árbol

Todo está escrito en el libro de la Naturaleza.
Antonio Gaudí, inscripción en las escaleras del Parc Güell


 
RESUMEN DEL PROYECTO



Arborígenes es una heterotopia: en contraste con la utopía (que en griego significa “no lugar”), tiene posibilidades reales de materializarse en diferentes lugares del mundo. Es un proyecto de construcción de casas en los árboles que se integra dentro de la metodología funcional de la permacultura y las ecoaldeas. Pretende recuperar espacios naturales malversados por la explotación indebida y los incendios y cubrir el derecho a una vivienda digna mediante la generación de una relación simbiótica entre los hombres y los árboles. Por lo tanto, es afín y complementario con cualquier tipo de arquitectura ecológica, autosostenible y armónica con la Naturaleza. De hecho, anhela la fusión con todos los proyectos que integren esta filosofía, porque todos somos uno y la unión hace nuestra fuerza.



Arborígenes realiza un estudio previo de cada árbol y diseña un modelo de construcción único que se adapte a su morfología, completamente respetuoso con sus ciclos biológicos y su crecimiento, mediante el uso de cuerdas, poleas y cualquier tipo de material reciclado, sobre todo madera. También aboga por el uso de energías renovables no contaminantes y por el diseño y uso de aparatos domésticos que funcionen con la misma.



Arborígenes implica un modus vivendi, una filosofía de vida: pretende que el ser humano regrese al diálogo con los benéficos y ancestrales seres vivos que, desde los orígenes, nos han provisto de oxígeno, cobijo, alimento, belleza y sabiduría.



De este modo, Arborígenes es un proyecto que ofrece un modelo de sociedad inspirador, basado en la autorrealización del individuo y su diálogo con la madre Tierra. Es un sueño atesorado desde la más tierna infancia y, a la vez, perfectamente realizable, que aboga por el cambio social y la armonización de la tecnología y la espiritualidad.



ANTECEDENTES Y ESTADO DE LA CUESTIÓN


La casa árbol, sin duda, está presente en el imaginario colectivo y amanece en nuestra mente como matriz de vida y refugio inspirador. De manera instintiva, todos los niños han soñado e ideado casas en los árboles, como lugares para la aventura y la imaginación. Así, el ser humano juega a construirse su hogar idílico desde la más tierna infancia. Algunas referencias literarias se encuentran en Rudyard Kipling (El Libro de la selva), Edgar Rice Butrougths (Tarzán de los monos) o Italo Calvino (El barón rampante).



Cuando, como señala George Bataille, "el hombre estaba en el mundo como gota del agua en el agua", vivía como el resto de los animales: integrado en la naturaleza. Utilizaba sus habilidades técnicas para proveerse de cobijo y alimento. Dado que el ser humano prehistórico estaba amenazado por depredadores, se construía su cabaña en las copas de los árboles, a unos metros del suelo, para no ser presa fácil de las fieras. Con el paso del tiempo, el hombre se ha convertido en el principal depredador de la Naturaleza y se ha aislado egocéntricamente de ella, a la que domina y somete. 

Actualmente, quedan pocos humanos que habiten los árboles: el poblado korowai de Irian Jaya, Indonesia, es de los últimos que han conservado esta tradición ancestral.



Las casas árbol emergen en las primeras civilizaciones. En el Antiguo Egipto se construían para obtener espacios de sombra y aplacar así el calor del desierto. Plinio el Viejo, en su Historia Natural (79 a.C.) explica que los romanos amaron este tipo de construcción como símbolo de lujo y excelsitud: el emperador Calígula llamaba "nido" a su casa árbol y organizaba allí deliciosos banquetes y orgías.



Durante el Renacimiento italiano, según apunta Francesco Colonna en su Hypherotomachia Poliphili (1499), los Medici apoyaron este tipo de construcción, como fuente de inspiración artística y literaria. Durante el siglo XVII, en Alemania, las casas árbol siguen siendo templos para las musas: como nota Lutero en sus obras, es común la "danza bajo el limo": la casa árbol era la infraestructura telúrica de bailes y espectáculos populares. Durante el periodo clásico, ya en el siglo XVIII, proliferó la casa árbol dentro del jardín inglés, punto de encuentro de tertulianos y poetas amantes de la belleza natural.



Las casas en los árboles, ya en el siglo XX, han sido valoradas por particulares con poder adquisitivo y una situación económica alta como un lujo romántico o de relax para el ocio y la amistad. También han sido asociadas con la aventura, el juego, la supervivencia o como forma de protesta ecologista, como marcó el hito de Julia Hill -que protestó en los años 90 por la preservación de las secuoyas en California.



En el siglo XXI, Arborígenes proyecta la casa árbol como vivienda en un marco natural y se replantea la relación entre los árboles y el ser humano como una posible simbiosis física y espiritual.



3. HIPÓTESIS DE TRABAJO



Sanación del planeta herido. Arborígenes es un proyecto soñador y a la vez tremendamente realista, porque aboga por un cambio social incotestable para la salud y preservación natural de nuestra madre Tierra. Plantea una manera de vivir que puede contrarrestar el enloquecido consumismo que ha contaminado y ha hecho enfermar el planeta. Quiere hacer realidad el deseo de construir un lugar mágico, donde es posible vivir como en un paraíso.

La economía del don. Arborígenes concibe que otro modelo de sociedad es necesario y posible, y que ese modelo parte de una ética personal donde el ser humano vuelve a conectarse con las energías telúricas de la Tierra. Cuando esta reconexión se realiza, la humanidad se reencuentra a sí misma: conceptos como la alienación o la propiedad privada se convierten en autorrealización y trabajo por el bien común.



La crisis actual del sistema capitalista ha sido resultado de la confusión de la medida (el dinero) con la riqueza. Somos conscientes de la necesidad de construir un nuevo modelo social con paciencia, tolerancia y actividad que esté basado en la ecología y la permacultura, el intercambio de dones y el trabajo cooperativo.



La civilización-bosque. Arborígenes es un proyecto que implica un reto para la imaginación.



Imagina que en el momento de concepción de un bebé se plantara la semilla de un árbol asignado para darle cobijo. Imagina que, desde su nacimiento, se le educara para amar, cuidar y aprender de ese árbol, concebido como su futuro hogar. Imagina que ese niño estudiara en la escuela la manera de construir su morada en ese árbol al que día a día observara crecer. Dentro de ese marco, el ser humano podría conectar con el mensaje de Gaya, cuya conciencia se ha demostrado científicamente en los últimos años.




4. FINALIDAD Y BENEFICIOS DEL PROYECTO

  1. Generar una relación amante y simbiótica entre la humanidad y los árboles.
  2. Cubrir uno de los derechos inalienables y de primera necesidad de todo ser vivo: ofrecer una vivienda digna a seres humanos en situaciones precarias y a los que, en general, desean, un modelo de sociedad autogestionado, autosuficiente, altruista, ecológico y amante de la Naturaleza.
  3. Generar una residencia artística y promover festivales de arte y cultura.
  4. Fusionar el nomos y el physis: erigir un modelo social integrado en la Naturaleza..Rehabilitar a los sintecho, marginados sociales y drogodependientes.
  5. Generar una sociedad autosostenible que funcione a través de energías renovables.
  6. Potenciar la economía del don: un modelo económico basado en la cooperatividad y el intercambio, que concibe el trabajo como autorrealización y no como alienación, que detiene el consumismo desmedido e innecesario y recicla los deshechos.
  7. Reciclaje. Alquimizar materiales de deshecho y convertirlos en material de construcción. Limpiar bosques y reciclar la leña como materia prima.



5. OBJETIVOS Y METODOLOGÍA DE LA CONSTRUCCIÓN DE CASAS ÁRBOL



5.1. PRIMERA FASE: VALORACIÓN DEL ÁRBOL

  1. En primer lugar, se ha de considerar si el árbol reúne las condiciones necesarias para acoger una casita. La construcción también es posible con la unión de varios árboles cercanos como pilares base y que se reparten el peso entre ellos, o bien añadir uno o varios pilares para sostener la cabaña. También cabe la posibilidad de construir en las copas de uno o varios árboles pero enteramente sobre pilares, si los árboles no pueden recibir peso. Es posible subir hasta 8 metros para tener unas vistas panorámicas. Los árboles más adecuados son los robles, plátanos, hayas y pinos grandes. El aislamiento de la cabaña depende del clima del lugar: desde una estructura sencilla sin forrar, hasta un aislamiento completo donde se puede instalar una estufa eléctrica. Para mayor confort, también se puede instalar ducha y lavabo.
  2. En segunda instancia, se tiene en cuenta cómo el futuro habitante del árbol se imagina la casita.
  3. En tercer lugar, se hace una valoración del diseño de la estructura en función del crecimiento del árbol. Dado que es un ser vivo, se estudiará su proceso biológico y el de sus habitantes que, en la medida de lo posible, cohabitarán con el futuro inquilino humano.
  4. Después, el carpintero maestro tomará las medidas y propondrá una maqueta del proyecto: un árbol grande permite una cabaña entre nueve y seis metros cuadrados más una terraza equivalente.



5.2. SEGUNDA FASE: CONSTRUCCIÓN DEL ÁRBOL

    1. Sin herir al árbol. El sistema de construcción en el árbol respeta al máximo su salud y desarrollo como ser vivo; tiene en cuenta sus ciclos biológicos y se basa en amarres no estrangulantes con cuerda, poleas y pilares ensartados sin clavos. Los pernos se utilizan únicamente en la estructura, nunca en el árbol, para no obstruir su flujo nutritivo. Por otra parte, en las zonas más inestables, es común el uso de bloques o abrazaderas para lograr superficies planas, verticales u horizontates para las vigas.
    Están terminantemente prohibidos los siguientes procedimientos de construcción:
    - El uso de clavos para apoyos principales.
    - El uso de cables o cuerdas para atar o envolver las ramas como apoyo, porque eliminan la corteza y dañan capas sensibles de debajo, con lo que el crecimiento de la rama quedaría estrangulado y de nuevo se corta el flujo de alimento nutritivo al resto de la rama.
    - Pernos separados a menos de 12 pulgadas.
    - Corte de cantidades excesivas de corteza o de madera para lograr superficies planas.
    - Usar más clavos o tornillos que se necesitan para posicionar temporalmente los apoyos.
    - Permitir que cualquier parte de la casa toque el árbol directamente (todo debe descansar en su sistema estructural de apoyo): esto evita quemaduras por fricción

2. Material reciclado. La madera escogida para las cabañas es reciclada: procede de la poda y recogida de madera muerta de los bosques, de muebles reciclados o barcos desahuciados. Es impresdible que sea una madera que no se pudra -la más recomendable es la de cedro rojo, pero no es primordial-, y que sea ligera y flexible, algo imprescindible para que con el proceso de crecimiento del árbol no se rompa. Además, se proyecta la reutilización de toda clase de materiales, como el vidrio o la cerámica.


    6. BIBLIOGRAFÍA ORIENTATIVA

Wenning, A. Case sugli Alberi/ Treehouses. Milán: Edizioni L'Archivolto, 2009.



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