viernes, 4 de abril de 2014

El hilo del laberinto de Maya

"El plano astral es el de la ilusión, del espejismo y de la realidad distorsionada.

La razón de esto estriba en que todo el mundo trabaja con materia astral, y la potencia del deseo humano y mundial produce esa constante "exteriorización de la imaginación" y construcción de formas que provocan efectos muy concretos de materia astral. Los deseos individual, nacional, racial y de toda la humanidad, más el deseo instintivo de todas las vidas subhumanas, causan el incesante cambio y movimiento de la sustancia del plano; existe una continua construcción de formas temporarias, unas de rara belleza, otras exentas de ella, y una vitalización de su creador por la energía astral.

Agréguese a estas formas el escenario persistente y creciente denominado registro akáshico, que contiene historia emocional del pasado, y también las actividades de las vidas desencarnadas que atraviesan el plano astral, ya sea al encarnar o desencarnar; añádase el potente deseo purificado e inteligente de todas las vidas superhumanas, incluyendo las de la oculta Jerarquía planetaria, y la suma total de estas fuerzas existentes se verá que es estupenda. Todas actúan sobre, alrededor y a través de cada ser humano, y de acuerdo a la calidad de su cuerpo físico y a la condición de sus centros, así será su respuesta. A través de este panorama ilusorio, el aspirante debe abrirse camino, encontrar la clave o hilo, que lo conducirá fuera del laberinto, y aferrarse a cada pequeño fragmento de la realidad a medida que se le presenta, aprendiendo a distinguir la verdad de la ilusión, lo permanente de lo transitorio y lo real de lo irreal. Como lo expresa el Antiguo Comentario: 

"Que el discípulo se aferre a la cola de la serpiente de la sabiduría, y asiéndola con firmeza, que la siga hasta el centro más profundo del Aula de la Sabiduría. Que no se engañe y caiga en la trampa que la serpiente de la ilusión le ha preparado, que cierre sus ojos al colorido arabesco de su piel, y sus oídos a la melodía de su voz. Que perciba la joya engarzada en la frente de la serpiente, a cuya cola se aferra, y por su radiación atraviese las cenagosas aguas de maya."

Fragmento de Tratado de Magia Blanca, de Alice Bailey.

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